Como en años anteriores, se nos
ofrece a los cristianos y no cristianos que aprecien la
labor de los centros católicos en pro de la colectividad de
ciudadanos necesitados, sean de la nacionalidad y creencia
religiosa que sean, que se viene llevando a cabo en toda la
nación española y, si queremos ampliarla, en toda la
colectividad mundial y, aunque pequemos de reiterativos,
tenemos que poner de manifiesto, como ya hemos manifestado
en diversas ocasiones, la ingente labor que se realiza por
la Iglesia en zonas de reconocida pobreza, a través de los
centros de enseñanza creados, así como también la asistencia
que se presta en hospitales y sanatorios de enfermedades
infecto contagiosas (Hermanas de la Caridad), centros de
acogida de enfermos terminales y psiquiátricos que no tienen
cubiertas estas prestaciones por la Seguridad Social
(Hermanos de la Cruz Blanca), atenciones quirúrgicas y
tratamientos de deformaciones congénitas o malformaciones
traumáticas (Hermanos de San Juan de Dios), comedores y
casas de acogida para inmigrantes, madres solteras, toda
clase de desvalidos residentes, drogodependientes,
ex-carcelarios y últimamente, en nuestra misma nación y con
el fin de paliar la deficitaria alimentación de niños (según
las últimas estadísticas de cada cuatro niños residentes en
España, uno se encuentra en el umbral de la insuficiencia
alimentaria o sea, pasando hambre) con la creación de
comedores escolares. Todo ello atendido por la Iglesia donde
son atendidos, también, a través de Caritas Diocesana (otra
entidad dependiente de la misma) en demandas de ayudas en
efectivo para el pago de servicios esenciales como son el
suministro de energía o de agua potable y sin que sea
preciso para ello acreditar religión, raza o nacionalidad.
Todo ello aparte de la enseñanza y prestación religiosa a
mas de mil millones de seguidores de la doctrina de
Jesucristo repartidos por todo el mundo.
Ahora, iniciado ya el período de presentación ante las
Delegaciones de Hacienda de la Declaración del Impuesto de
la Renta de las Personas Físicas, debemos sentirnos
solidarios con los mas necesitados, cuestión que puede
llevarse a cabo, sin el menor coste, con el solo hecho de
reconocer y aportar nuestra ayuda a quienes directamente se
encargan de facilitarla, a través de la asignación
tributaria a la Iglesia Católica para que así puedan
cumplirse, por medio de quienes tan humanitariamente dedican
su tiempo y fuerzas principalmente sacerdotes, monjas y
seglares sin mas interés que el servicio a sus semejantes,
las acciones encaminadas a remediar la grave situación
económica que atraviesan millares de familias que ven
paliadas sus mas perentorias necesidades con las ayudas que
les presta esta Organización No Gubernamental como es la
Iglesia Católica.
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