La administradora de la empresa Kibesan 2000 reconoció ayer,
en su declaración ante la titular del Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Ceuta, que no existió concurso
para que la Ciudad le comprase folios, bolsas de basura,
palas, ropa y carretillas, entre otros materiales, por valor
de cuarenta mil euros, ya que siempre hablaba directamente
con un empleado municipal, que era su contacto en la Ciudad
y la persona que le comentaba los materiales que necesitaba.
De su declaración en sede judicial también se desprende que
aunque los contactos con la Ciudad se iniciaron a finales de
marzo de 2013 y la relación comercial en mayo de ese mismo
año, la empresa tenía como objeto social el suministro y la
instalación eléctrica y que no fue hasta el mes de agosto de
ese mismo año cuando se cambió el mismo por la de ropa,
folios, bolsas de basura y servicios de instalación, de lo
que se deduce que cuando se inició la actividad comercial la
de la empresa, en ese momento, no se correspondía el objeto
social de la empresa con el obligatorio para realizar las
ventas realizadas a la Ciudad.
Para poder trabajar, según la declaración, la administradora
de la empresa se presentó en el Ayuntamiento y habló con el
empleado, “que es el responsable” y al que le presentó sus
presupuestos y “al que pidió por favor que le comprara que
acababa de empezar y que al presentar los presupuestos le
llamaban para facturar”.
Tanto ella como su esposo no mantienen relación con la
consejera Yolanda Bel, pese a que reconoció que su marido,
cuando era delegado de la empresa Contenur España, de la que
en la actualidad es ella la responsable en Ceuta y que la
mercancía la tiene en el almacén de esta empresa, si
“despachaba con la señora Bel” cuando esta era consejera de
Medio Ambiente.
Casualmente, la administradora única de Kibesan 2000 lleva
en el cargo de responsable de la empresa Contenur un año y
medio, casi el mismo que al frente de Kibesan, según su
declaración.
La administradora también explicó que el empleado municipal
es el responsable de hacer las propuestas de gastos y que
desconoce que existe un informe emitido por el mencionado
empleado donde dice que el material de Kibesan “se ajusta a
precio de mercado”.
Primero se paga y más tarde se recoge la mercancía
En sus respuestas a las interrogantes formuladas por el
abogado de la acusación particular, la administradora de
Kibesan 2000 hace una afirmación sorprendente cuando afirma
“que no se explica como puede recepcionarse mercancía en
octubre de 2013 si consta que el pago se efectúa con
anterioridad y que eso será un tema de la Ciudad Autónoma”.
Por otro lado, la administradora también explicó que el
cambio del objeto social de la empresa no se publicó hasta
el mes de agosto en el BOCE, alegando desconocimiento de los
motivos por los que se tardó en inscribirse.
Pese a esta afirmación, la administradora agregó que es
“incierto que haya inscrito la modificación del objeto
social en agosto para dar cobertura al negocio que había
celebrado con anterioridad con la Ciudad con el fin de
evitar problemas por la denuncia que había sido interpuesta
con anterioridad a esa fecha. “Que es por tema de gestoría
pero el objeto social está cambiando desde el mes de marzo”,
dijo.
Otra declaración realizada en sede judicial ayer que resulta
también sorprendente es cuando la administradora afirma que
“no es cierto que no tuviera información privilegiada de lo
que necesitaba la Ciudad y que la cantidad que le compra el
Ayuntamiento no era grande”.
Para ello, la administradora explicó que “primero se informó
con el empleado municipal y que le avisó de lo que iban a
necesitar”.
También desconoce si se informaba “o no a más empresas o si
superaban los máximos permitidos para la contratación o la
forma de la misma”. La administradora agregó en su
declaración que “solo presentaba presupuestos”.
También hubo relación comercial con Obimace
Tampoco le pareció extraño que la Ciudad le comprase a su
empresa, ya que “le compra a muchas más empresa”, dijo en su
declaración ante la autoridad judicial, agregando sobre este
particular que “no es cierto que solo haya tenido relación
comercial con la Ciudad”. Que también las ha tenido con
“Obimace Utetaler... y con varias empresas más”.
De ello se desprende que Kibesan 2000 no solo vendió a la
Ciudad si no también a una empresa municipal, en este caso,
como aparece en la declaración, a Obimace.
La mercancía siempre venía a recogerla personal de la
Consejería y que solo en ocasiones fue cuando la
administradora se desplazó para ir a entregar folios.
Pendiente de cobro
Lo que no queda muy claro en la declaración es la cantidad
pendiente de cobro que tiene la empresa Kibesan 2000. Y es
que en la declaración se dan cifras distintas. Así en
declaraciones a la autoridad judicial manifiesta que tiene
“tres facturas pendientes por cobrar. Que una factura de
11.000 euros y unos 2.000 y pico”. En otro pasaje de lo
declarado y a preguntas del abogado de la defensa, la
administradora “se queja de que le faltan unos tres mil
euros por cobrar”.
Kibesan 2000 nunca contrató con la Ciudad cuando el marido
de la administradora estaba al frente de la misma y cuando
había algún problema “para recibir el pago, se dirigía a
Registro y, alguna vez, al interventor, Que jamás ha ido a
la consejera para hablar de esto”, se dice en la
declaración.
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