Según Imbroda, Ceuta y Melilla “no tienen nada que ver con
la política migratoria, sino que sufren la política
migratoria pero no tienen nada que ver. Nosotros tenemos
otras necesidades que son las que ponemos encima de la
mesa”. Así, manifestó que es la “inmigración legal la que se
tiene que aceptar”, y no la ilegal, porque “va contra la
ley”. Una inmigración ilegal supone “explotación de los
individuos, de los subsaharianos, por las mafias y una vez
que pasan siguen siendo explotados en la Unión Europea, en
las sociedades ricas porque están sin documentación de
ningún tipo”. Por todas esas razones la inmigración debe ser
regular, “se debe dar cupos de inmigrantes que pueden entrar
sin necesidad de que sufran, muchas veces incluso con riesgo
de hasta su propia vida. Hay que defender esto. Desde el
punto de vista de Melilla y de Ceuta lo que no podemos estar
es sujetos constantemente a una vulnerabilidad de la
frontera de las vallas y además con los riesgos que conlleva
y la imagen tan desastrosa que damos de unas ciudades que
nada tienen que ver con este asunto”.
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