La naviera Balearia al anunciar el
cambio de modelo con la sustitución del Passió per
Formentera por el Nissos Chios, tras seis meses de acumular
pérdidas y con el compromiso de haber mantenido horarios y
rotaciones como venía haciéndolo en el contrato de interés
público, demuestra que su esfuerzo sin contraprestación por
Ceuta acaba, mientras desde diversos sectores ciudadanos,
hemos asistido a reiterados incumplimientos políticos que
hablaban de sacar a concurso un nuevo pliego de condiciones
para atraer a las empresas que dejaron desierto el anterior.
Balearia ha dejado claro que está dispuesta a aportar buques
de calidad sin olvidar el lógico objetivo: la rentabilidad
económica, factor esencial en cualquier empresa que se
precie. Las motivaciones económicas son razones
fundamentales para incentivar la inversión privada y, bien
saben nuestras autoridades, que la voluntad política,
igualmente es un factor decisivo para estimular esas
“motivaciones” económicas tan loables como legítimas en una
economía de libre mercado.
Después de seis meses, el Ministerio de Fomento ha de estar
demasiado ocupado como para no encontrar la situación
propicia para sacar a concurso un nuevo pliego de
condiciones y tratar de adjudicar la línea de interés
público. Petición que, desde los grupos políticos de la
oposición, se le ha reclamado al Gobierno de la Ciudad en
reiteradas ocasiones con resultado infructuoso. Un Gobierno
que se ha mostrado partidario de contar con una línea de
interés público, pero poco dado a alzar la voz en Madrid
ante el tiempo transcurrido. Los ceutíes bien merecemos que
ese concurso de línea de interés público saliera cuanto
antes. La apuesta por Ceuta, al márgen del período electoral
se demuestra con compromisos firmes en un asunto tan
esencial como éste, la línea marítima.
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