La Delegación del Gobierno,
haciéndose receptora de las justas demandas de los
comerciantes de los polígonos del Tarajal y de los propios
usuarios que transitan la zona, ha decidido encomendar a una
empresa privada de seguridad el control de la puerta norte
del Tarajal, a fin de dotar de una mayor fluidez al paso
fronterizo. Los comerciantes, considerán que aún es preciso
destinar diez efectivos más para esta misión a los siete que
la empresa privada ya destina, aunque será la dinámica del
tránsito la que determine el número idóneo.
De momento, Delegación del Gobierno ha movido ficha para dar
soluciones a esa aglomeración, que muchas veces hemos
considerado tercermundista, ya que los bultos pasarán por el
puente del Biutz, y serán las personas en tránsito sin esos
voluminosos bultos, quienes accederán a Marruecos por la
puerta norte del Tarajal.
Se hacía necesario que se adoptasen medidas correctoras a la
problemática que ha venido caracterizando este paso
fronterizo. Resultaba, de todo punto imposible,
compatibilizar el enorme volúmen de bultos y el tránsito de
personas que hacían intransitable la zona y realmente
inhumano el comportamiento que allí se apreciaba.
Con las nuevas medidas adoptadas parece que se abre un nuevo
campo de posibilidades para racionalizar el paso fronterizo
en unas condiciones idóneas. Bien merecía la pena este
esfuerzo por compatibilizar la seguridad con la fluidez de
tránsito en una zona especialmente propicia a las
aglomeraciones. Un hecho que tenía que tener una solución
práctica que diera salida (y nunca mejor dicho), al amplio
contingente de personas que, a diario, convierten esta zona
en clave.
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