Viajando por internet hemos encontrado un artículo que se
publicó en el mes de febrero de este año en donde la autora
proponía que nadie mejor que Ginés se merecía el Premio
Convivencia de Ceuta. Creemos que el artículo expresa el
sentir de muchas personas que le conocen.
Su candidatura al Premio Convivencia no debía de ser
presentada por una persona o institución sino juzgada por
los mismos organizadores a partir de los méritos propios del
artista, por su vida y obra. Si todavía no se ha reconocido
oficialmente su labor en Ceuta ahora podría ser el tiempo de
hacerlo. Nadie mejor que él puede simbolizar con el
testimonio de su vida la palabra “Convivencia.”
Conocimos a Ginés hace más de cuarenta años. En 1973 éramos
estudiantes de Antropología en la Universidad de Nueva York.
Ya entonces trabajaba de forma voluntaria sacando su tiempo
por las tardes y noches enseñando en una escuela de
educación de adultos que había ayudado a crear en el Bajo
Manhattan junto a dos sociólogos. La educación que impartían
era gratis.
Aquel experimento educativo empezó con varios obreros
hispanos y terminó unos diez años más tarde contando con
cerca de dos mil estudiantes. He estado muchas veces en el
viejo edificio abandonado que el alcalde de Nueva York le
prestó cerca de Delancey Street y que él rehabilitó. Ginés
quería ayudar al pueblo hispano emigrante a salir de la
explotación que sufrían en las fábricas y darles a través de
la educación una vida mejor.
Entonces escribió muchos libros que aún pueden comprarse en
Amazon book. La editorial de uno de los libros que escribió,
“el GED en español”, vendió más de un millón y medio de
ejemplares. Consiguió ayudar a miles de familias hispanas
sacándolas de las fábricas y encontrándoles trabajos en las
oficinas de correos, la policía, el departamento de bomberos
y haciéndolos estudiantes de la universidad, profesores,
médicos, psicólogos, ingenieros…
Pero han pasado cuarenta años y Ginés sigue haciendo lo
mismo. No sólo ayudó a los hispanos sino se convirtió en el
máximo defensor de los derechos humanos de los indios
norteamericanos quienes llegaron incluso a hermanarlo. Su
casa era el paradero de los líderes minoritarios. Recuerdo
que un día fui a su apartamento en el Village de Manhattan y
estaban en su casa sentados en el suelo, sobre una alfombra,
el líder de los chicanos, el líder de los indios americanos,
el líder negro de los panteras negras y la representante
palestina de Arafat. Y Tamar, la novia de Ginés por aquel
entonces, era ni más ni menos que la hija del embajador de
Israel en las Naciones Unidas! Ese era y sigue siendo Ginés,
una persona que podía unir a personas en su propia casa, sin
distinción de las razas.
Es un hombre renacentista. Cada año da varias veces la
vuelta al planeta como si no viviera en ningún lugar, como
si su casa fuera el Mundo. Muchas personas reconocerían lo
difícil que es triunfar fuera de su propio país pero Ginés
es capaz de publicar un libro, crear una pintura o esculpir
un bronce, sin miedo alguno, en cualquier parte del mundo, y
donde quiera que va deja una huella. El éxito es que es un
trabajador incansable. Ha hecho del arte su vida. No hemos
conocido a una persona más libre.
Durante tantos años que lo conocemos su labor ha sido
siempre solidaria. Ha vivido en América, Europa, África,
Asia y Oceanía. Ayuda a ONGs, orfelinatos, escuelas, la Cruz
Roja, asociaciones religiosas, japoneses, mexicanos,
salvadoreños, haitianos, palestinos, judíos, filipinos,
malayos, chinos, africanos del Sudán y Uganda…, y un día le
pregunté que si también ayudaba en su ciudad natal y me dijo
que sí, que había colaborado donando obras a un grupo de
religiosos en la barriada del Príncipe y con una asociación
local de rotarios.
Hace tan solo unos días, en Facebook, donde tiene a miles de
seguidores, Ginés publicó una nota que ha despertado un gran
interés, no solo entre cientos de sus amigos de todo el
mundo sino parece ser que también en muchas personas de
Ceuta. Ha sido esa nota y el artículo que leímos sobre el
Premio Convivencia lo que nos ha hecho escribir sobre él. La
nota confesional en Facebook de Ginés, dice así:
“Nací y crecí en una sociedad donde mis amigos tenían
tradiciones y culturas diferentes a las mías; eran
musulmanes, judíos e hindúes y me invitaban a sus casas a
compartir sus fiestas. Nos respetábamos los unos a los
otros. Es precisamente esa diversidad cultural la fuerza más
importante de la ciudad española de Ceuta, mi tierra natal,
situada entre las aguas del Mediterráneo y del Atlántico. Me
siento orgulloso de haber vivido en ese mosaico de culturas.
Después pasé la mayor parte de mi vida en otra ciudad
multicultural como Nueva York, y antes de dedicarme
enteramente al Arte estudié Antropología Cultural y fui
Asesor en las Naciones Unidas trabajando con diferentes
poblaciones nativas en el mundo. Frente a los conflictos y
la complejidad que conlleva la diversidad promoví
estrategias basadas en la tolerancia, el diálogo y la
autosuficiencia para facilitar la coexistencia.
He expuesto mi obra de arte en los cinco continentes. La
pintura y la escultura me han servido como puentes para unir
culturas. Mi obra ¨La Unión del Mundo: Monumento a la Paz¨
es un ejemplo de ello. Y nunca me olvidé de esos principios
tan importantes que aprendí de niño. Quise hacer esculturas
que representaran las cuatro culturas y religiones con las
que crecí para fomentar el diálogo, la educación, la
identidad, facilitar canales de comunicación, y a través del
Arte reflejar la riqueza de ese crisol de culturas donde la
convivencia y la paz son posibles.”
Aparte del testimonio de su vida, Ginés podría ser un
candidato merecedor al Premio Convivencia en su ciudad natal
no porque sea una persona internacionalmente famosa que lo
es o porque lo recomendaramos nosotros o cualquier persona o
institución sino por la histórica contribución que ha
realizado creando esculturas en bronce que representarán las
diversas comunidades culturales que componen la sociedad
ceutí durante cientos o miles de años. Las esculturas de
Ginés interpretan de forma artística y recuerdan cada día en
la calle el ideal de convivencia de la ciudad de Ceuta.
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