La nueva escalera que conduce desde la frontera al polígono
del Tarajal ya está en funcionamiento, después de que la
Ciudad Autónoma haya cumplido, en lo que se refiere a
fechas, el compromiso adquirido tras el derribo de la
existente anteriormente.
La obra se complementa con un acerado y vallado que la
Dirección General de Carreteras ha realizado y que discurre
desde el paso fronterizo hasta el inicio de la escalera
citada.
Pero lo curioso del caso es que a pesar de que es una obra
nueva, la misma no cuenta con una rampa para personas con
discapacidad física, algo que ha sido criticado por algunos
ciudadanos del vecindario.
Aparte de eso, una vez que supera la escalera el tramo que
conduce hasta los polígonos del Tarajal permanecen, al igual
que con anterioridad, discurriendo por una zona de tránsito
que no reúne las mejores condiciones para las personas que
tienen un trasiego diario soportando en sus espaldas
importantes cargas de mercancías.
Otra carencia que presenta la zona que ahora se ha intentado
mejorar con la construcción de la nueva escalera es la de
dotación de algunas medidas de seguridad en los taludes que
dan a la carretera y que en más de una ocasión han provocado
accidentes en los momento de más actividad con los
porteadores.
La problemática con la escalera que une el paso fronterizo
del Tarajal con los polígonos se inicia a principios del mes
de noviembre del pasado año, cuando un grupo de padres,
hartos de los problemas que sufrían sus hijos a las entradas
y salidas del Colegio Público Príncipe Felipe, decidieron
iniciar acciones de protestas. Primero se realizó un corte
de la vía en que la que está situado el centro,
posteriormente y ante la negativa de ser recibidos por el
delegado del Gobierno y por el presidente de la Ciudad
reforzaron sus acciones y el 23 de noviembre procedieron a
realizar un corte de tráfico en la Nacional 352 que une el
centro de la ciudad con la frontera del Tarajal.
Unas cien personas, padres y escolares, gritaron “somos
personas no somos animales” y el problema de la escalera
comenzó a tomar una mayor dimensión. Al día siguientes,
efectivos de la Unidad de Intervención Rápida de la Policía
Local se desplazaban hasta las inmediaciones del centro de
enseñanza para regular la salida y entrada de los escolares.
El problema, daba la impresión, que se había solucionado,
aunque el derribo de un tramo de la escalera provocó que
éste volviese a estar de actualidad.
Pero tuvieron que pasar cuatro meses para que las dos
administraciones, la de la Ciudad y la General del Estado,
decidieran ponerse de acuerdo para fijar las posturas. Así,
el 26 de febrero de 2014, el asesor de Fomento de la
Delegación, Bharat Bhagwandas, y el consejero de Barriadas,
Gregorio García Castañeda, se reunieron para coordinar las
actuaciones dirigidas a culminar la obra y elaborar un
calendario de actuaciones. Ambas administraciones se dieron
un mes de plazo y la Ciudad Autónoma se encargó de construir
esta escalera, mientras que la demarcación de Carreteras de
Andalucía Occidental el acerado y el pintado de la calzada
para reorganizar el tráfico de los tres carriles que pasan a
la altura de donde está ahora la escalera.
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Hay olvidos que se convierten en serios problemas a la
postre
Algunos vecinos llevan razón
cuando han indicado la carencia que presenta la nueva
escalera, aunque hay que reconocer que la obra ha mejorado
la anterior con creces.
Pese a ello, el olvido es importante, ya que ese paso no
sólo servirá para porteadores si no que también es de
utilización para los vecinos de la barriada. Lo peor del
caso es que, además, la finalización del tramo de subida de
la nueva escalera da a la pista que conduce hasta los
polígonos, que más que una pista continúa siendo un camino
de cabras, sobre todo cuando caen cuatro gotas. Pero ese
sería el menor de los problemas, ya que tampoco está
suficientemente dotada esa pista de medidas de seguridad y
cualquier persona, en un despistes o caída puede dar con sus
huesos en la carretera.
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