El Grupo Mediterráneo, compuesto por los ministros de
Asuntos Exteriores de Chipre, Francia, Grecia, Italia,
Malta, Portugal y España, tras la reunión en Alicante,
aprobó una declaración en la que se dice los trágicos
acontecimientos que han tenido lugar recientemente en el
Mediterráneo han puesto de manifiesto, una vez más, el drama
humano que conlleva la inmigración irregular.
La presión migratoria en el Mediterráneo, lejos de
disminuir, está aumentando debido a la situación de
inestabilidad y pobreza en los países de origen.
Esta situación exige grandes esfuerzos por parte de los
Estados Miembros mediterráneos de la UE; esfuerzos que se
llevan a cabo en beneficio de toda la Unión. Como estados
miembros mediterráneos asumimos una responsabilidad de
control de una frontera exterior de la UE. Debe tenerse en
cuenta que un gran número de inmigrantes que llegan a
nuestras fronteras pretenden seguir adelante a otras partes
de la UE.
Agradecemos la implicación de la Comisión Europea para hacer
frente a esta situación de emergencia a nivel de la UE y
abogamos por una mayor participación de todos los Estados
Miembros, de manera decidida, en los esfuerzos para impulsar
un enfoque global de las cuestiones migratorias.
Este foro apoya el trabajo realizado por la Task Force para
el Mediterráneo, que ha identificado una serie de medidas
específicas cuya aplicación efectiva debería acelerarse.
Todos estos desafíos solamente pueden ser abordados de
manera global, a través de la adopción de medidas tanto a
corto como a largo plazo, en la Unión Europea y en terceros
países, en los que la UE y la comunidad internacional deben
movilizar recursos para la gestión de los flujos
migratorios.
- La solidaridad dentro de la UE con Estados Miembros del
sur afectados por la llegada masiva y desordenada de flujos
migratorios debe incluir el apoyo financiero suficiente y
eficaz de la UE. La solidaridad también debe expresarse con
los Estados Miembros del sur que hacen frente a complejos
controles fronterizos y/u operaciones de salvamento y
rescate.
- Debe mantenerse y reforzarse el control de las fronteras
externas de la UE- tanto terrestres como marítimas- a través
de Frontex, que debe concentrarse en su misión principal de
actividades operacionales, incluyendo las Operaciones
Conjuntas con una participación mayor de los Estados
Miembros.
- Deben generarse capacidades en los países de origen y
tránsito del Mediterráneo y de la región subsahariana para
reforzar el control de sus fronteras, con vistas a fomentar
una prevención efectiva de la inmigración irregular desde el
origen.
- La lucha contra las redes criminales y la trata de seres
humanos, que constituyen formas intolerables de explotación,
debe continuar siendo una prioridad, a través del desarrollo
de la cooperación operacional con países terceros.
Son necesarias acciones decididas respecto a todas las
formas de retorno y readmisión, para que los que se
encuentren en situación irregular en la UE puedan volver con
rapidez a sus países de origen, en el pleno respeto de sus
derechos fundamentales y sobre la base de los estándares
internacionales y europeos.
Las organizaciones internacionales que operan en terceros
países de tránsito, como la Organización Internacional para
las Migraciones, tienen un papel clave en el ámbito del
retorno voluntario asistido a través de la implementación de
programas específicos que, junto con otros programas que
puedan desarrollarse en el futuro, deben ser apoyados
institucional y financieramente, también para ayudar a los
terceros países de tránsito a devolver a los inmigrantes
irregulares a sus países de origen.
Debe promoverse la firma de Acuerdos de readmisión con
países de origen y de tránsito, para mejorar las prácticas
actuales de los Estados Miembros. En este contexto, la
aplicación del artículo 13 del Acuerdo de Cotonú UE-ACP es
de gran importancia. La Comisión debe llevar a cabo los
esfuerzos necesarios para garantizar que los Estados
africanos cumplen sus compromisos en materia de readmisión.
Al mismo tiempo, se debe reforzar la cooperación entre los
países de origen y de destino, en particular sobre el uso de
los canales existentes de migración legal, teniendo en
cuenta el interés común de ambos países y la importancia de
evitar la pérdida de capital humano. Un ejemplo podría ser
la “migración circular”.
La política migratoria de la UE debe estar plenamente
integrada en su acción exterior, de forma que los objetivos
y prioridades de la política migratoria estén presentes en
el momento de diseñar y ejecutar su política exterior. Con
este fin es esencial mejorar los mecanismos de coordinación
entre los Estados miembros, el Servicio Europeo de Acción
Exterior (SEAE) y la Comisión Europea. Los instrumentos
comunitarios disponibles deben ser utilizados de la manera
más eficaz para promover la cooperación con los países
terceros dentro del Enfoque Global de Migración y Movilidad
(EGMM).
Las asociaciones de movilidad ya firmadas con Marruecos y
Túnez deben estar dotadas de una financiación suficiente de
la UE, y esperamos con interés la firma de más asociaciones
con terceros países del área mediterránea. Asimismo, se
seguirán concertando acciones dentro de los diálogos y
procesos regionales, como el proceso de Rabat y la
Estrategia Conjunta UE-África, promoviendo la cooperación y
el diálogo sobre inmigración a nivel regional. Se debería
emprender un diálogo regional sobre cuestiones migratorias
con los países de África del Este.
|