El Gobierno de Vivas está
queriendo minimizar los graves problemas de seguridad que
sufre el edificio del Ceuta Center. La última en hacerlo fue
ayer la consejera de Fomento, Susana Román, como si éstos
fueran generados por este periódico que ha ido informando
puntualmente de los mismos o del secretario general del PSOE
de Ceuta, José Antonio Carracao. La realidad es bien
distinta: el Servicio de Extinción de Incendios y el
Servicio de Riesgos Laborales de la Ciudad Autónoma, han
dado su diagnóstico sobre el mencionado inmueble y los
niveles de riesgos que corren quienes trabajan allí,
afirmando textualmente que “el movimiento de humos en el
edificio imposibilitaría la evacuación, tanto de los
funcionarios como de los visitantes, poniendo en riesgo la
seguridad de las personas”. Pero esta cuestión parece ser
baladí para el Gobierno de Vivas.
También que la Inspección de Trabajo tenga ante sí la
documentación suficiente para actuar, con sanciones
incluidas y cierre de instalaciones, a menos que se quiera
correr un tupido (¿o estúpido?) velo y considerar que ancha
es Castilla y que no hay porqué modificar nada y, si pasa
algo, a lo hecho pecho. Si es ésta la postura irresponsable
e intolerable, los niveles de sensatez y de consciencia se
encuentran bajo mínimos en nuestros gobernantes, ya que no
cabe mayor desfachatez que poner en peligro la integridad
física de tantas personas de manera tan arbitraria. No es
cuestión de crear alarmismo o empecinarse en algo superfluo.
Se trata, en este caso, de una serie de medidas adoptar y
recomendadas por otros tantos servicios especializados en el
tema de seguridad. Los mismos servicios que se destinan para
hacer cumplir la norma a empresarios y particulares. Ahora
bien, en este caso, parece que la problemática no va con la
Ciudad Autónoma de Ceuta, y “pasan” de adoptar las medidas
que se recomiendan. Sería deseable que nunca pasara nada,
pero si surgiera alguna desgracia, veremos quién respondería
de ella.
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