El Señor de Ceuta volvió ayer a estar arropado por miles de
fieles ceutíes que con auténtica devoción le siguieron por
las calles de la ciudad. A las 20.15 horas, la Cruz de Guía
de la Hermandad anunciaba el inicio de la procesión,
mientras centenares de fieles esperaban a las puertas de la
Casa de Hermandad mientras caían los últimos rayos del sol.
Los más pequeños abrían la marcha de un extenso cortejo
morado que acompañaba a la imagen de Nuestro Padre Jesús
Cautivo y rescatado Medinaceli, que salió de su Casa de
Hermandad, en la Avenida Otero, acompañado por los toques de
la primera marcha de la tarde entonados por la agrupación
musical Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la
Amargura. A continuación, la madre del Señor de Ceuta salía
para seguir muy de cerca a su hijo, acompañada por la
Asociación Cultural Banda de Música Ciudad de Ceuta.
Ambos pasaron por los Jardines de la Argentina, las Puertas
del Campo, el Puente del Cristo y la Plaza de África antes
de llegar a carrera oficial. El buen tiempo quiso acompañar
también en esta ocasión al Señor de Ceuta, después de que el
sábado el sol protagonizara la jornada, al contrario que en
el traslado del pasado año, marcado por la lluvia.
Ya en carrera oficial, el Medinaceli congregó de nuevo a
miles de ceutíes. La avenida Alcalde Sánchez Prados estaba a
rebosar de fieles que se emocionaron con cada chicotá. Los
30 costaleros de cada paso hicieron un trabajo excepcional,
aplaudido por todos los fieles.
Tras pasar por el ecuador de la procesión, el cortejo
discurrió por la calle Jáudenes con la mirada puesta en las
puertas de la Santa Iglesia Catedral, donde la Hermandad
accedió para realizar su Estación de Penitencia, que fue
presidida por el director espiritual.
Después de este momento de especial recogimiento, la
Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de
Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado (Medinaceli) y María
Santísima de los Dolores, continuó su procesionar por las
calles de Ceuta hasta que se recogió pasada la una y media
de la madrugada en su Casa de Hermandad despidiéndose así
hasta el próximo año.
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