Luis Bárcenas ha dicho algo que no es nada nuevo bajo el
sol: la existencia de cajas B o dinero B en todas las sedes
provinciales del Partido Popular para afrontar las campañas
electorales.
Yolanda Bel que no ha aprendido que no se puede decir “nunca
jamás”, niega rotundamente haber visto jamás cajas o dinero
B. No se limita a decir que durante su etapa de secretaria
general del partido, tal práctica no ha existido. Va mucho
más allá, aún a riesgo de que le crezca la nariz como a
Pinocho, por decir mentiras y afirma que “nunca jamás”.
Mujer, parece que es ir demasiado lejos, partiendo de la
base que han sido muchas las personas que han desfilado
aportando “ayudas” para las campañas y casi todos, están
vivos. Hay que recordar a un dirigente que decía: “Como el
Tribunal de Cuentas no me lo permite y tenemos un límite de
gastos electorales, me he valido de empresarios que van a
donarme o van a sufragar tal fiesta”. En una ocasión, se
registró el robo de la caja fuerte del Partido Popular y
nunca más se supo del destino del dinero ni de la autoría
del robo.
Para quienes conocen de qué van las campañas electorales,
son muchos los “mecenas” que contribuyen con su dinero a la
causa, para que se tenga en cuenta algún día, que “yo he
ayudado al partido”. No hay mirlos blancos ni ONG´s sino
“contribuyentes” que van más allá de un simple amor al
partido, entre otras cosas, porque en muchísimas ocasiones,
ni son militantes ni afiliados, meros simpatizantes sí, como
también lo son de otras formaciones políticas, ya que los
hay que apuestan, como en la ruleta, a blancas y negras para
no fallar. ¿Cuánto dinero se entrega en mano? ¿Cómo se
contabilizan esas cantidades? Quienes más saben de esto son
los gerentes y secretarios generales o presidentes o
suministradores de ayudas.
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