Año 2005. Sala del Gran Casino de
Ceuta. Homenaje a Juan Vivas por parte de sus compañeros de
partido. Nuestro alcalde se dirige a Pedro Gordillo:
“Antes de pelearme contigo, me voy de la política”. Yo
escribí, entonces, que alguien que estaba sentado a mi lado,
y que ocupaba un cargo importante en el gobierno local, me
dijo lo siguiente: “Vivas miente más que habla”.
Año 2008. Ahora le toca a Gordillo hablar desde el atril, en
el mismo sitio, es decir, en la misma sala del Gran Casino
de Ceuta, como candidato que es a la presidencia del
partido, y no se corta lo más mínimo en decir: “Tengo a
Vivas como valedor de mis aspiraciones”.
En ese mismo año, y en el mismo sitio, cito de memoria,
Chocrón Joyeros organizó un acto y acudieron todas las
autoridades. Gordillo estaba eufórico y Vivas daba muestras
evidentes de alegrarse muchísimo de cómo el hombre fuerte de
su gobierno y presidente del partido respiraba poder y
optimismo a raudales porque Conchita Íñiguez, su
mujer, estaba superando muy bien su enfermedad.
Mis relaciones, hasta entonces, no habían sido las mejores
con Gordillo. Es más: seguía importándome un comino su
poderío político y menos aún sus salidas de tono, achacables
a esa vehemencia con la que solía manifestarse cuando se le
contrariaba. No obstante, y debido a una indisposición suya,
que le tuvo apartado un tiempo de sus cometidos, me preocupé
por su salud y conseguimos acercar posturas.
Por tal motivo, ninguna sorpresa me produjo cuando Conchita
Íñiguez se acercó al corrillo donde yo estaba metido en
cháchara para expresarse como ella solía hacer, o sea, sin
tapujo: “Mira, Manolo, hasta hace nada y menos yo
quería hallarme contigo para echarte un rapapolvo… Pero
ahora lo que voy a darte es un beso que te has merecido y tú
sabes por qué… Ni que decir tiene que sus palabras fueron
bien acogidas.
Quedaba mi respuesta. Y no dudé en decirle lo que ya le
había dicho a su marido en privado, durante un paseo por la
plaza más recoleta que tiene esta ciudad: la de África.
Pedro debe andarse con tiento porque, durante su reclusión
casera por enfermedad, se han estado moviendo todos los que
están involucrados en darle matarile político. Pero tanto
Conchita como Pedro hacían oídos sordos a semejantes
comentarios. Pues bastantes problemas tenían ya ambos con
las dolencias que ella padecía y que a veces eran
insoportables.
Cuando se consumó la traición a Pedro Gordillo, que estaba
cantada, marque, inmediatamente, el número de su teléfono y
le dije que aguantara. Y a continuación me expresé con
palabras de Camilo José Cela: “En España quien
resiste gana”. Pero PG tenía ya el miedo metido en el cuerpo
y se negaba a responder a cualquier llamada.
El miedo en el cuerpo que le habían metido los que
aprovecharon la ocasión para quitárselo de en medio. Con el
fin de obrar con entera libertad, sin la mirada inquisitiva
del vicepresidente y presidente del partido. Pedro salió
huyendo para conseguir el perdón de CI, su mujer; mientras
que los autores del sambenito se reían a mandíbula batiente
haciendo alardes de tener un vídeo pornográfico que debían
verlo lejos de las miradas de sus mujeres… Conchita dio la
talla. Pero se le aceleró lo suyo. Gordillo ha sido absuelto
de las denuncias. ¿Seguirán durmiendo a pierna suelta los
voyeristas?
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