Una delegación del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha visitado esta semana
la ciudad para comprobar cómo se gestiona el flujo
migratorio en ella. Encabezada por Francesca Friz-Prguda,
esta delegación ha visitado distintos puntos como el Centro
de Estancia Temporal de Inmigrantes y se ha podido reunir
con el delegado del Gobierno o el presidente. A punto de
terminar su estancia en Ceuta, Friz-Prguda atendió ayer a EL
PUEBLO para compartir las impresiones que se lleva de la
gestión del problema migratorio, pero también para hablar
sobre la falta de atención que existe en España a las
personas que piden asilo y advertir de que son necesarios
mecanismos para identificarlas y protegerlas más rápido.
Pregunta.- ¿Qué impresión se llevan después de haber
comprobado ‘in situ’ cómo se afronta el fenómeno migratorio
en Ceuta?
Respuesta.- Primero es importante saber que ACNUR, siendo el
Alto Comisionado de de Naciones Unidas para Refugiados, está
interesada en todo lo que pasa en las fronteras, estén donde
estén. Desde ahí se comprueba si llegan personas que huyen
de una guerra, de conflictos o de lugares donde se violan
los derechos humanos. Por eso, parte de nuestro trabajo es
visitar fronteras y dentro de ellas, las más importantes,
son las fronteras exteriores de la Unión Europea. Nuestra
visita a Ceuta es parte de este trabajo, y en ella hemos
visto un actitud muy positiva de todos los interlocutores
con los que nos hemos reunido para colaborar con ACNUR, y
ver cómo se puede reconciliar el control fronterizo, que es
deber del Estado, con facilitar la protección internacional
de aquellos que huyen de una guerra o un conflicto. La labor
que hacen en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI)
y la que hace la Ciudad con los menores extranjeros son
impresionantes, y un ejemplo a compartir.
P.- ¿Cómo se puede encontrar ese equilibrio entre la
defensa de las fronteras y la protección de los refugiados?
R.- Nosotros buscamos que en el debate migratorio se tenga
en cuenta el aspecto que concierne a la protección
internacional de las personas que vienen huyendo y que no
tienen otra manera de buscar protección. A menudo no pueden
entrar en el país donde van a ser acogidos con una
documentación en regla porque están huyendo y buscamos que,
primero, se tenga en cuenta esta dimensión en el debate
migratorio, y luego que se faciliten mecanismos a estas
personas con los que poder darles el acceso al territorio y
a la protección internacional.
P.- ¿Cree que se ha perdido de vista en el debate
migratorio la protección de estas personas y se ha pasado a
utilizar la inmigración como arma política?
R.- Yo no se si se está utilizando de arma política o no, y
no nos corresponde comentarlo. Pero, claramente, no se está
prestando la debida atención al aspecto de la protección
internacional. Es importante entender que a Ceuta y Melilla
llegan flujos mixtos entre los que están personas que huyen
de la guerra y son potenciales refugiados. Una parte a la
que se tiende a olvidar y nos preocupa. Se necesitan
mecanismos de identificación rápida de quien pertenece a qué
grupo de estos flujos muy mixtos, y es importante que
cualquier país llegue al equilibrio sólido entre la
necesidad de gestionar la frontera y la obligación
internacional de hacerlo de una manera que permita el acceso
a la protección internacional a los potenciales refugiados.
P.- Desde ACNUR se ha advertido de que muchas personas en
Ceuta y Melilla no piden asilo porque el procedimiento para
salir a la península es más dilatado, ¿qué alternativa se
plantea para solucionar esto?
R.- Para empezar sería bueno aplicar los plazos legales
previstos en la ley y que eso sea la regla, no la excepción.
Es necesario generar una confianza en el sistema por parte
de las personas que necesitarían solicitar asilo para que
sepan que eso va a suceder y que su solicitud va a ser
estudiada en ese plazo legal. Hay varios modelos en países
que tienen situaciones parecidas y a nosotros nos parece
positivo establecer un mecanismo que facilite la
identificación rápida, no solamente para aquellas personas
con necesidad de protección, sino que hay otros grupos no
retornables como, por ejemplo, víctimas de la trata.
Mientras, existen otros grupos de personas que sí pueden
retornar y lo importante es identificarlos rápidamente.
Mientras que eso no se pueda agilizar, que trasladen más
sistemáticamente a la península a persona de grupos en
potencial necesidad de protección internacional porque allí
tienen una situación más adecuada.
P.- Desde las ciudades autónomas han pedido más
implicación de Europa precisamente para afrontar la presión
migratoria que se da en sus fronteras, pero aunque España e
Italia son puertas de entrada, el mayor número de peticiones
de asilo se dan en países del centro, ¿cuál debe ser el
papel de Europa?
R.- Es verdad que el 60% de todas las solicitudes de asilo
de refugiados sirios se dan en Alemania o Suecia. Eso llama
la atención y es obvio que debe haber una mayor armonización
dentro de la Unión Europea en estas tasas de reconocimiento.
En España, los números son relativamente bajos, a pesar de
que es uno de los países más grandes de Europa, está cercano
a los lugares de conflicto y es el único paso terrestre
hacia la unión. Llama la atención y no solo a nosotros. Por
eso, tenemos que analizar por qué motivos no hay más
solicitantes de asilo en España. No obstante, para que esto
suceda, antes es necesario y muy importante generar
confianza para que la gente que necesite protección
internacional la solicite. Una línea en la que se puede
fomentar un trabajo en el que colaboren ACNUR y las
autoridades.
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