Los años de la Transición Española fueron duros. Muchos
españoles querían mantener el régimen franquista para seguir
disfrutando de los beneficios que disponían. Un número muy
importante de militares y civiles no querían la democracia
ya que venía a quitarles privilegios.
Los medios de comunicación jugaron un papel muy importante
en el proceso hacía la democracia. Algunos no quisieron
arriesgar y se quedaron a verlas venir. Otros preferían
seguir anclados en los años del franquismo y les daban
cobertura a los partidarios de la extrema derecha. Pero
también hubo los que dieron casi todo para disfrutásemos una
democracia de verdad.
Concretamente en Ceuta, en esos duros años, estaba de
director de “El Faro de Ceuta”, que era el único medio de
comunicación escrito que había, el joven periodista, Tato
Ferrer, el cual colaboró con todas sus fuerzas y hasta las
últimas consecuencias para que la democracia también llegase
a éste lado del Estrecho. Siempre tenía su pluma dispuesta
para escribir sobre las injusticias que se estaban
cometiendo con esta ciudad y para informar, a través de las
páginas de su diario, de los privilegios de los que muchos
caraduras y afines al franquismo disfrutaban.
Debido a la situación geográfica de la ciudad y al número
tan elevado de Cuarteles que había agrupados, los
gobernantes la trataban con una “mayor delicadeza”, pues
sabían, que de producirse un golpe de estado, vendría por
parte de los militares. Esto hacía más difícil y complicado
el poder dirigir un medio de comunicación que apostaba por
la democracia y rechazaba de plano las injusticias.
Muchos cargos políticos y militares querían mantener la
censura que precedió a la Transición y seguir manejando a
los medios de comunicación a su antojo. Esto provocó que
Tato Ferrer se fuese creándose muchas enemistades, pues se
negaba a la censura y pretendía tener un diario
independiente donde todos los ceutíes pudiesen expresarse y
confiar.
Para poder mantenerse en la neutralidad no recibía ningún
tipo de subvención por parte de las instituciones.
Había personas “importantes” que no aceptaban no poder
manejar a su antojo “El Faro”, lo que hizo que el joven
director terminase siendo detenido y encarcelado de forma
ilegal, perseguido con un arma por el director provincial de
trabajo, amenazado, golpeado, acusado con más de 40
desacatos a la autoridad, etc.
El 23F , cuando el teniente coronel Tejero se hace con el
congreso a través de las armas, estando todo muy confuso, y
no sabiendo lo que iba a pasar, “El Faro”, a la mañana
siguiente publica en su portada: “Un grupo de terroristas
asalta el congreso”.
¿Qué hubiese ocurrido si el golpe llega a prosperar? Muy
sencillo: a Tato Ferrer, lo fusilan. Ese fusilamiento
hubiese hecho que hoy nos acordásemos de él como alguien que
luchó por la democracia, incluso hasta le hubiésemos puesto
el nombre a una calle o encargado al escultor Ginés Serrán que
le hiciese una estatua. ¿Quién se acuerda a día de hoy de
Tato Ferrer, el presidente de Ceuta, el delegado del
gobierno, la oposición… el pueblo llano?
El final de la historia ya se la pueden imaginar: uno de
los que apostó, desde la independencia informativa, por una
democracia para Ceuta, salió muy mal parado.
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