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OPINIÓN - JUEVES, 10 DE ABRIL DE 2014

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

¿Quién se acuerda de Tato Ferrer?

Por Miguel Ángel Pérez


Los años de la Transición Española fueron duros. Muchos españoles querían mantener el régimen franquista para seguir disfrutando de los beneficios que disponían.  Un número muy importante de militares y civiles no querían la democracia ya que venía a quitarles privilegios.

 Los medios de comunicación jugaron un papel muy importante en el proceso hacía la democracia. Algunos no quisieron arriesgar y se quedaron a verlas venir. Otros preferían seguir anclados en los años del franquismo y les daban cobertura a los partidarios de la extrema derecha. Pero también hubo los que dieron casi todo para disfrutásemos una democracia de verdad.

 Concretamente en Ceuta, en esos duros años, estaba de director de “El Faro de Ceuta”, que era el único medio de comunicación escrito que había, el joven periodista, Tato Ferrer, el cual colaboró con todas sus fuerzas y hasta las últimas consecuencias para que la democracia también llegase a éste lado del Estrecho. Siempre tenía su pluma dispuesta para escribir sobre las injusticias que se estaban cometiendo con esta ciudad y para informar, a través de las páginas de su diario,  de los privilegios de los que muchos caraduras y afines al franquismo disfrutaban. 

Debido a la situación geográfica de la ciudad y al número tan elevado de Cuarteles que había agrupados, los gobernantes la trataban con una “mayor delicadeza”, pues sabían, que de producirse un golpe de estado, vendría por parte de los militares. Esto hacía más difícil y complicado el poder dirigir un medio de comunicación que apostaba por la democracia y rechazaba de plano las injusticias.  

 Muchos cargos políticos y militares querían mantener la censura que precedió a la Transición y seguir manejando a los medios de comunicación a su antojo. Esto provocó que Tato Ferrer se fuese creándose muchas enemistades, pues se negaba a la censura y pretendía tener un diario independiente donde todos los ceutíes pudiesen expresarse y confiar. 

 Para poder mantenerse en la neutralidad no recibía ningún tipo de subvención por parte de las instituciones.

 Había personas “importantes” que no aceptaban no poder manejar a su antojo “El Faro”, lo que hizo que el joven director  terminase siendo detenido y encarcelado de forma ilegal, perseguido con un arma por el director provincial de trabajo,  amenazado, golpeado, acusado con más de 40 desacatos a la autoridad, etc.

 El 23F , cuando el teniente coronel Tejero se hace con el congreso a través de las armas, estando todo muy confuso, y no sabiendo lo que iba a pasar,  “El Faro”, a la mañana siguiente publica en su portada: “Un grupo de terroristas asalta el congreso”.

 ¿Qué hubiese ocurrido si el golpe llega a prosperar?  Muy sencillo: a Tato Ferrer, lo fusilan.  Ese fusilamiento hubiese hecho que hoy nos acordásemos de él como alguien que luchó por la democracia, incluso hasta le hubiésemos puesto el nombre a una calle o encargado al escultor Ginés Serrán que le hiciese una estatua. ¿Quién se acuerda a día de hoy de Tato Ferrer, el presidente de Ceuta, el delegado del gobierno, la oposición… el pueblo llano?

 El final de la historia ya se la pueden imaginar: uno de los que apostó, desde la independencia informativa, por una democracia para Ceuta, salió muy mal parado.
 

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