La indignación era patente ayer en estas vecinas de la calle
Norte del Príncipe Alfonso, que no entendían como la Policía
Nacional ha podido realizar en sus viviendas tantos
destrozos tras unos registros llevados a cabo por agentes de
este Cuerpo en cumplimiento de unas diligencias ordenadas
por el Juzgado número 3 de Algeciras, que tiene decretado el
secreto de sumario de las actuaciones.
Todo respondía a una operación policial que se desarrolló a
la misma vez en Ceuta y Algeciras y en la que han sido
detenidos cuatro personas, dos en el Príncipe y otras dos en
la populosa barriada del Saladillo de Algeciras. La quinta,
que era conducida por los agentes del CNP se trata de una
que está actualmente en prisión y que ha sido trasladada
hasta Ceuta para poder realizar el registro en su presencia.
En el caso de Algeciras, las tres viviendas registradas
están en la barriada del Saladillo. Dos de ellas en la calle
Espronceda y la tercera en calle Valdivia Cabrera.
Según han confirmado a esta redacción fuentes cercanas a la
investigación policial en los registros realizados en
Algeciras se intervinieron algunas armas de fuego, así como
cierta cantidad de estupefacientes. En Ceuta no se pudo
confirmar que se interviniesen armas ni droga, aunque si
dinero en metálico y teléfonos móviles.
La intervención en el barrio algecireño comenzó en torno a
las cinco de la madrugada, según comentó una de las personas
que viven en uno de los bloques de pisos al que acudieron
los agentes, mientras que en Ceuta estas se iniciaron entre
las seis y media y siete de la mañana. En ambas, el
despliegue policial fue espectacular, según los testigos
presenciales, en el caso de Algeciras, y las vecinas cuyas
casas fueron registradas, en el caso de Ceuta
Una de las vecinas afectadas explicó ayer a este diario como
después del rezo del alba, “empecé a recitar unos versículos
coránicos” Serían las siete de la mañana, dijo, “y de
repente oí portazos, gritos y golpes”, pensando que se
trataban de “disparos de los que se producen en las
callejuelas”.
La vecina siguió con su relato, agregando que revientan la
puerta, entraron “y dijeron somos policías”, acto seguido me
dijeron que me sentara “y no te muevas”. “Empezaron a abrir
los cajones de una forma descontrolada y vi como cogieron 50
euros de un cajón”, yéndose hacia otra habitación.
Una vez concluido el registro, los policías se marcharon y
“comprobé como en la caja fuerte en la que guardo algún
dinero, concretamente tenía 540 euros, estos ya no estaban y
no aparecen por ningún sitio”.
La mujer confesó que no tiene hijos y que su marido está
enfermo y solo “cobramos una pensión no contributiva de 340
euros”.
Los registros se realizaron en las viviendas del número 106,
en sus letras B. B-1, C y D, domicilios que aparecían en la
orden de entrada y registro del auto emitido por el juzgado
algecireño.
El testimonio de la familia de otra de las personas que
habita otra vivienda de las registradas lamentaba ayer la
actuación policial y los destrozos ocasionados. Puertas
reventadas, habitaciones totalmente desarmadas, intervención
de teléfonos.
Al igual que su vecina, los familiares de esta mujer, que
habita en su vivienda junto a dos hijas de corta edad,
manifestaron que los policías no pegaron a la puerta, si no
que la reventaron entrando en el domicilio. Este periódico
comprobó ayer el estado de la puerta con la cerradura
arrancada y todos los enseres tirados por los suelos. Según
el testimonio, a esta persona le ordenaron que se tirara al
suelo, para, posteriormente, esposarla y encerrarla junto, a
sus dos hijas, en el cuarto de baño por espacio de una media
hora.
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