La Convención del Partido Popular
de Ceuta celebrada anoche en el Hotel Tryp fue una muestra
evidente de que el PP es incapaz de movilizar el entusiasmo
de su militancia en la ciudad. Las doscientas personas mal
contadas que asistieron al acto, evidencia una decadencia de
los “populares” como si los días de rosas quedaran muy
lejanos en el tiempo, porque un partido que gobierna la
ciudad con mayoría absoluta amplia, merecía un mayor
respaldo de militantes. Ahora bien, éstos, desencantados por
las políticas que se están llevando y faltos de estímulo es
obvio que están desertando, pese a los esfuerzos del Partido
Popular a nivel nacional que ha desplazado a uno de sus
“pesos pesados” como Carlos Floriano, vicesecretario general
de Organización, como antes lo hizo con el portavoz del
Grupo Popular en el Senado, José Manuel Barreiro.
El Partido Popular en Ceuta precisa un nuevo y notable
impulso, una catársis, un cambio de rumbo y, desde luego,
bastante más ilusión para rememorar tiempos no muy lejanos.
Al desencanto de los empleados públicos por tantos recortes
hay que unir a la generalidad de los ceutíes que vislumbra
un futuro poco esperanzador, y sobre todo aquellos afectados
por la elevadísima tasa de paro, que no ven una salida
positiva al desempleo, como tampoco lo ven los jóvenes
“caballas” con un 65% de paro. La colocación de
“enchufados”, del clientelismo político, de quienes tienen
un “padrino” es una mala dinámica para recabar el voto a
nadie.
La legitimidad de las urnas podría pasar factura y dar un
vuelco importante en nuestra ciudad, caracterizada por la
endémica abstención. No hay razones para la ilusión ni
confianza en los políticos que gestionan el erario público.
En el Juzgado también hay más de uno por presunta
prevaricación. El desencanto es evidente.
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