La convocatoria de una Mesa de
Contratación para abordar la tan anhelada Relación de
Puestos de Trabajo, conlleva un órdago a la grande con cerca
de una treintena de plazas para cargos de libre designación,
es decir, nombramientos “digitales” (a dedo) como forma de
premiar el clientelismo político en un Gobierno en el que
Juan Vivas ha reiterado que había rebajado los cargos de
confianza y su coste económico, aunque luego ejerce de
prestidigitador y siempre saca conejos de la chistera de las
prebendas, con este tipo de cargos “a dedo” y con sueldos
generosos que suponen compensaciones por los servicios
prestados o que han de prestar. Recuérdese que estamos ante
tres elecciones en los dos próximos años (europeas,
municipales-autonómicas y generales) y hay que tener
contento al personal.
El colectivo de parados que se concentra a las puertas del
Ayuntamiento cada día, si supiera la que se avecina en
cuestión de “cargos de confianza”, podrían provocar un
estallido social por agravio comparativo, ya que no parece
de recibo que se realicen tal cantidad de libres
designaciones mientras que tantas personas lo está pasando
mal.
A estas alturas a nadie se le escapa que el rasgo principal
del Gobierno de Vivas es el clientelismo político, un rasgo
que se caracteriza por utilizar la Administración así como
empresas públicas, fundaciones, ONGs y resto de
organizaciones satelites para colocar al entramado
clientelar compuesto por familiares, amigos, militantes,
simpatizantes y demás fauna afín que constituye esa red que
a su vez soporta y mantiene al régimen. Y claro, tocar a
éste entramado significa la muerte del régimen y eso no lo
va a provocar el propio régimen, antes expoliarán,
desvalijarán, atracarán, desahuciarán y saquearán al resto
de los ceutíes para que estos parásitos sigan cumpliendo su
función: el mantenimiento del régimen corrupto.
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