La consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, al ser
preguntada por el discurrir del informe del Cuerpo de
Extinción de Incendios sobre la inseguridad manifiesta y
puntualmente detallada contra un posible incendio en el
edificio del Ceuta Center, dijo no saber en qué situación se
encuentran las posibles medidas correctoras. Y en el colmo
del desconocimiento, quiso ponerle sordina a su ignorancia,
para justificarse con el hecho de que, según ella, no eran
tantos los puntos “negros” que había que subsanar.
La conducta política de Yolanda Bel en cuanto a un área de
su competencia, como es un informe del Cuerpo de Extinción
de Incendios, de la que ella misma es responsable, parece
verdaderamente lamentable y más aún, su desconcimiento sobre
el desarrollo de unas actuaciones que, se quieran tomar con
frivolidad, cuando entrañan un peligro evidente para la
seguridad de las personas que trabajan en el Ceuta Center.
Tan es así que en el caso paradójico de que algún
establecimiento privado se encontrara en idénticas
circunstancias, a buen seguro que habría sido sancionado por
incumplir la normativa y se abría cerrado con carácter
preventivo en tanto no se subsanan las anomalías.
Resulta inexplicable que Yolanda Bel se haya tomado tan poco
celo en paliar una situación irregular, peligrosa, que
constituye una amenaza para quienes podrían temer por su
integridad física en el caso de un siniestro. El edificio
del Ceuta Center, a la vista de las anomalías que presenta
en cuestión de seguridad contra incendios, se constituye en
una verdadera ratonera y en una trampa que pudiera ser
mortal para sus ocupantes. Obviar estas circunstancias,
aparte de irresponsabilidad pudiera ser constitutiva de
delito.
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