La Guardia Civil, en una operación conjunta con la Agencia
Tributaria, intervino ayer 600 kilos de cocaína que se
encontraban ocultos en el interior de un contenedor en el
puerto de Algeciras. La incautación se produjo por la tarde
y no hay detenidos.
La carga declarada de manera oficial en el contenedor eran
plátanos y llegó procedente de Ecuador con destino a Arabia
Saudí. El barco llegó el jueves y estaba en tránsito.
En enero, ambos cuerpos ya realizaron una intervención
similar. En aquella ocasión fueron 227 kilos de cocaína
ocultos en un contenedor que transportaba oficialmente
bananas. También procedía de Ecuador y su destino era Arabia
Saudí.
En ambas ocasiones, las operaciones son resultado de las
sospechas de que los contenedores podían contener mercancía
ilegal y surgieron en el marco de las operaciones que se
realizan en el puerto de Algeciras para evaluar las labores
de riesgo en el movimiento de mercancías en tránsito
aduanero.
Ambas operaciones contra el narcotráfico fueron llevadas a
cabo por los agentes de la Guardia Civil y la Vigilancia
Aduanera de la Agencia Tributaria que integran la Unidad de
Análisis de Riesgo de la AEAT (UAR) en el puerto de
Algeciras.
Tras la operación de ayer, en lo que va de año han sido
intervenidos más de 1.300 kilos de cocaína en el puerto.
Así, y gracias a los medios tecnológicos de los que dispone
el puerto como el escáner para vehículos pesados, se
registró también a principios de año un camión donde fueron
hallados 240 kilos de esta sustancia. Ese mismo día y
también en otro contenedor, pero que fue localizado fuera
del puerto, en la zona industrial de Cortijo Real, los
agentes requisaron más de 300 kilos de cocaína de gran
pureza. Según confirmó el Instituto Armado, la operación se
desencadenó tras las sospechas de la posible carga ilícita
que podía viajar en un contenedor procedente de Perú y que,
en teoría, transportaba carbón. Una mercancía de 307 kilos
fue hallada finalmente camuflada entre sacos del mineral.
Interior ha confirmado que el puerto de Algeciras es una de
las principales vías de entrada de estupefacientes a Europa.
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