Los postulados que ha defendido el
vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Emilio
Carreira en respuesta al grupo de la oposición Coalición
Caballas, a resultas de la seguridad ciudadana y las
trágicas consecuencias recientes, con el asesinato del joven
Munir, son un exponente que marca una hoja de ruta a seguir,
como planteamos ayer desde este periódico: los demócratas,
‘los buenos’, quienes defendemos el Estado de derecho,
rechazamos abiertamente la delincuencia, a los pistoleros
que siembran el terror y la muerte, que derraman sangre y
que se autoexcluyen del sistema.
Carreira tiene razón cuando afirma que existe una “violencia
crónica” en el Príncipe y que las instituciones públicas han
de velar por la seguridad de los ciudadanos y éstos, sin
ambajes, también son responsables de colaborar con los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sin amparar ni un
instante a quienes ejercen actuaciones terroristas. Se exige
conciencia ciudadana como factor diferenciador para acabar
con los violentos. Parece que el asesinato de Munir marca un
ciclo, un punto de inflexión para acabar, entre todos, con
la violencia crónica, como califica Emilio Carreira, que
existe en la barriada de El Príncipe, donde todos se conocen
y donde no se puede permitir por más tiempo la actual
dinámica de derramamiento de sangre y de acribillar a
balazos a las personas.
Por ello, el Partido Popular debería apoyar la ‘Marcha
contra la inseguridad’ y se equivoca si no lo hace. Si nos
unimos todos contra la violencia, quienes se mueven al
margen de la ley tienen los días contados en libertad. Ahora
más que nunca hemos de exigirnos unidad de acción, “cerrar
filas en torno a los malos”, como bien aconseja Emilio
Carreira, y dejarnos de intereses partidistas. Los
ciudadanos exigimos a los políticos unidad ante los
pistoleros. El único objetivo es acabar con la violencia y
ese es un reto que nos compete a todos: a quienes deseamos
la paz y amamos la vida.
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