Ahora ya, una semana más tarde,
tan sólo, parece que no hay nadie que dude que en los
incidentes del 22M había manifestantes que no iban,
precisamente, por la manifestación, algo que desde el primer
instante se dijo desde la propia Delegación del Gobierno de
Madrid.
Claro está que, en los primeros instantes, esos que dan por
válido todo pueden verse cogidos en algún renuncio y ahora
piden que todo se aclare.
¡¡Que se aclare!!.Pero con la colaboración de todos y si es
Cayo Lara, como parece desearlo ahora, que él también dé la
cara, no vaya a ser que algún personaje de los implicados
sea de los que estén más cerca de él que de la propia
delegada del Gobierno, señora Cifuentes, eso sin lugar a
dudas.
Y es que mal tiene que estar viendo la situación cuando el
coordinador de IU, al que nunca se le ha oído salir en estos
términos, exige a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno
de Madrid, que diga si había “encapuchados embarazosos” que
provocaron los desórdenes y la violencia de esas Marchas de
la Dignidad de Madrid, hace una semana.
Cayo Lara no sé si es que vive en otro mundo, o que no ve,
no oye, no atiende o quiere disimular demasiado lo que todos
hemos visto y él, salvo que sea un cretino o quiera
confundir, también, habrá visto y muy bien.
Además, Cayo Lara se nos muestra refranero, como Sancho
Panza en sus mejores pasajes y nos dice que es que :”tirando
del hilo se llegará hasta el final del ovillo”, refrán
autorizado para esos incidentes, pero también si en ese
final del ovillo están los anti sistema que no son, desde
luego, de la Adoración Nocturna. Y eso lo debe saber muy
bien Cayo Lara.
Y será este mismo personaje quien pide responsabilidad por
el espectáculo que han dado “los infiltrados”, si es que
eran infiltrados, porque con lo visto, la Marcha por la
Dignidad ha quedado convertida en un fracaso follonero y de
alborotadores profesionales, algo que no parece gustar mucho
al coordinador de IU. Ni a mí tampoco me gusta nada, como no
me gusta que se organice una manifestación de esas
dimensiones sin una organización perfectamente para
controlar, sin unos responsables que se hagan cargo de todos
los destrozos que ocasione tal manifestación.
Es posible que, por una vez y sin que sirva de precedente,
yo llegue a estar de acuerdo con Cayo Lara, pero eso se dará
si hay todos los términos que he citado, ya que en buscar
sólo lo que le agrade a él sería quedarnos en simples
“fuegos artificiales”.
Y vamos viendo como ahora mismo, Cayo Lara se está dando
cuenta de que la Marcha de la Dignidad le va a quitar más
que le va a dar, porque los que iban en ella, muchos
cercanos a sus creencias, o han sido de los que armaron el
alboroto o han sido de los que se han quedado tan
sorprendidos que no saben por donde salir.
Está muy claro, la Marcha de la Dignidad se les ha ido de la
mano a quienes creían que iba a ser como entrar en un
supermercado a “mangar” cuatro carros de yogures, frutas,
chocolates y alimentos similares. Aquello había sido labor
de cuatro “choricetes”, aconsejados y dirigidos por dos
parlanchines del pueblo. Esto otro ya era otra cosa y por
eso se preocupa tanto Cayo Lara con eso de “hay que ver a
quienes favorece eso...”, con lo que, también, aquí nos
damos de bruces con que la Manifestación por la Dignidad se
hizo buscando una rentabilidad para las izquierdas y pueden
ser las izquierdas más rabiosas las que les hayan puesto a
ellos mismos la zancadilla.
Por fin, por fin, oigo una frase sensata a Cayo Lara:”Ahora
toca reforzar la unidad sin recelo y sin sectarismo”. Muy
mal lo tiene que estar viendo para llegar a esta conclusión.
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