Pasó los últimos años de su vida sin recordar quien era,
como consecuencia del mal de Alzheimer. Probablemente, esa
sea la última mala pasada que la vida reservó a Adolfo
Suárez González, presidente del Gobierno entre 1975 y 1981:
no poder apreciar el cariño que los españoles le tributaron
a medida que la distancia del tiempo iba engrandeciendo su
obra y dejando al descubierto las claves de sus decisiones,
tan criticadas durante su etapa al frente del país. A la
hora de su muerte, se han escrito cientos de artículos en
prensa, se han llenado horas de radio y televisión. La clave
de despertar el recuerdo tan entrañable que deja entre sus
conciudadanos la dio el mismo, con una célebre frase escrita
por Fernando Ónega en su época de jefe de prensa en Moncloa:
poder prometer, y hacerlo. En Ceuta también se ha sentido la
muerte de quien fuera el primer presidente del Gobierno en
visitar la Ciudad Autónoma. No sólo porque la nueva
Biblioteca Pública vaya a llevar su nombre, sino por
testimonios como los que recogíamos el miércoles en
Historias de Ceuta. De un Juan Jesús Barroso que en su
calidad de consejero de Educación del año 1999 recordaba la
“calidez y cercanía” del Duque, a quien tuvo que servir de
anfitrión durante la entrega del I Premio Convivencia. O de
Serafín Becerra Constantino, hijo del añorado senador y
empresario, que recordaba la amistad que siempre existió
entre su padre y el presidente fallecido. Hasta el punto de
desvelar anécdotas en las que se recuerda a si mismo
atendiendo el teléfono y escuchar a un Adolfo Suárez ya al
frente del país preguntando por su progenitor.
Claro que, más allá de lo institucional, nos hemos querido
preguntar en que condiciones trabajan las personas que
luchan contra el mal que ha costado la vida al ex
presidente. Y acudimos para ello a Ana Martínez,
investigadora del CSIC, que nos desvelaba un terrible
panorama: por ejemplo, la diferencia entre un joven
investigador español de 30 años de edad y uno alemán puede
ser un contrato indefinido y 2.300 euros mensuales. A favor,
claro está, del segundo. Nuestra web también propone una
serie de protagonistas de la transición –los ex presidentes
González y Calvo Sotelo, los dirigentes del PCE y AP
Santiago Carrillo y Manuel Fraga, el cardenal Enrique
Tarancón y el vicepresidente Gutiérrez Mellado- como
opciones para preguntar a los oyentes que otros actores
principales de aquel proceso merecerían ser reconocidos en
Ceuta. Es el que fuera ministro de Defensa quien encabeza
las preferencias.
Esta ha sido una semana, también, salpicada de polémicas.
Como la mantenida entre la Confederación de Empresarios de
Ceuta y la Ciudad Autónoma a cuenta de la actualización de
la tasa de Residuos Sólidos Urbanos. El presidente de la
Confederación, Rafael Montero Avalos, anuncia que de no dar
el Gobierno marcha atrás en unas tasas que considera
“abusivas” irá a la Justicia. El consejero de Economía y
Hacienda, Emilio Carreira, afirma no entender la postura
empresarial y desvela que el Gobierno aceptó todas las
alegaciones presentadas por la Confederación a esta
normativa.
A todo esto, Vivas e Imbroda mantienen un encuentro en
Melilla para hablar de inmigración. Concluyen que hay que
revisar la Ley de Extranjería e instan a la Unión Europea a
una mayor implicación en la semana en que la ciudad hermana
sufre dos asaltos masivos. Mientras, el encuentro entre
ambos Gobiernos es definido como “un acto de deslealtad” por
parte del secretario general de los socialistas, puesto que
José Antonio Carracao considera que debiera haberse
mantenido también una reunión con los grupos de la
oposición. Lo dice en compañía de Mario Betera, portavoz de
Educación de los socialistas en el Congreso, que denuncia
que el Gobierno central ha eliminado a Ceuta y Melilla del
Informe PISA sin dar explicaciones por ello. La frontera del
Tarajal tampoco ha estado mucho más tranquila: una
concentración de porteadores en la mañana del jueves obliga
a cerrar el paso fronterizo. A cuestiones como esta tendrá
que acostumbrarse, en su día a día, Alfonso Sánchez. Tras
tomar posesión ante el ministro de Interior es, desde esta
semana, el nuevo jefe superior de Policía en nuestra ciudad.
La semana recién concluida nos deja también una nueva
muerte, de un joven de veinte años, como consecuencia de un
tiroteo en la barriada Príncipe Alfonso. Y una agresión a
una docente, en el IES Almina, por parte de un alumno que es
expulsado del centro. Y una vez más, las denominadas
Brigadas Cívicas son protagonistas, tras denunciar que sus
diez trabajadores llevan sin cobrar sus emolumentos desde
hace seis meses.
La actualidad también nos deja el éxito de la Casa Regional
de Ceuta en Sevilla, que consigue finalmente que la Ciudad
Autónoma sea la homenajeada en la muestra “España en
Sevilla”, que en las últimas ediciones ha congregado a más
de 50.000 personas en la Plaza Nueva –junto al Ayuntamiento-
de la capital hispalense.
Durante los últimos días también charlamos con Lali Orozco,
flamante premio María de Eza a la mujer ceutí del año. Nos
empezamos a ocupar de la Semana Santa, en una entrevista con
el fotógrafo autor del cartel anunciador. Y como cada último
jueves de mes, La Edad del Porvenir unió a un profesional
con los escolares, a cuyas preguntas accedió a responder. En
esta ocasión, fue el fotógrafo Nicolás Molina “Nicol’s”
quien aclaró dudas sobre su profesión de los escolares del
CEIP La Inmaculada.
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