Tras el rezo del mediodía, el segundo diario que realizan
los musulmanes, salía la comitiva fúnebre desde la mezquita
de Sidi Embarek camino hasta el cementario del mismo nombre,
situado a unos quinientos metros a la espalda de lugar de la
mezquita.
Unas quinientas personas, entre ellos algunos políticos,
jóvenes, y vecinos de la barriada del Príncipe y familiares
se dieron cita en el lugar para dar el último adiós al joven
Munir, que el pasado viernes perdió la vida tras ser
alcanzado por varios de los disparos realizado por unos
encapuchados.
La solemnidad, la indignación, los rostros de dolor al paso
de la comitiva, el respeto y sobre todo el silencio
presidieron un acto mucho más que emotivo. Eran muchas las
personas que aún no se podían creer lo que había sucedido
repitiéndose una y otra vez la tesis de que todo lo
acontecido se ha debido a un error fatal.
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