El cambio del “modus operandi” de los pistoleros, que antaño
disparaban a las piernas y ahora acostumbran a efectuar un
gran número de disparos con inequívoca intención de matar a
su destinatarios, tiene mucho que ver –según fuentes
policiales-, con un cambio también en la situación económica
de quienes, en otros tiempos, sólo pretenían intimidar,
advertir, presionar para que pagaran quienes les debían
dinero producto de “pases” de droga y ahora, con la crisis,
también en este ámbito se ha dejado notar y ya se utilizan
métodos más expeditivos vaciando un cargador, si es
necesario y acribillando a su víctima.
Hay quien dice que en la actualidad no hay tanta
consideración como antes en las deudas e, incluso, que se
están saldando cuentas pendientes de hace tiempo por
imperativo de las dificultades económicas actuales, lo que
convierte el ambiente del narcotráfico en un sector
extremadamente peligroso.
Temor que había antes a ser detenido
El temor que existía antes a ser detenido, parece que no lo
es actualmente. De ahí que se actúe con mayor determinación
y agresividad. Fuentes policiales hablan también de
individuos psicológicamente poco centrados con conductas
mucho más suicidas en su comportamiento.
Un controvertido mundo en el que quienes tienen armas
ejercen su poderío a golpe de tiro limpio.
En el caso de registros, se ha podido comprobar que no es
frecuente que los delincuentes escondan las armas en su
propio domicilio, sino que las ocultan en lugares externos,
en muchos casos, enterradas en algún descampado, donde las
ocultan hasta poder utilizarla para una acción asesina.
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