Los últimos acontecimientos registrados en nuestra ciudad
con la proliferación de disparos por el uso frecuente de
armas, nos ha llevado a investigar el origen de su
procedencia, así como algunas características inherentes al
denominado “mercado negro”, en el que se desenvuelven los
narcotraficantes. Fuentes policiales expertas en este ámbito
informan que, en su mayoría, las armas utilizadas son de
procedencia local, es decir, robadas en nuestra ciudad, ya
que en diversas ocasiones se ha podido comprobar que a
militares (tanto en ejercicio como retirados) o policías,
les ha “desaparecido” algún arma de su propiedad.
Las denuncias al respecto han puesto al descubierto los
robos, aunque se dan casos, de armas que no están
registradas y que, por tanto, resultan difíciles de computar
en cuanto al materia desaparecido. Sin embargo, se ha
detectado que las armas utilizadas por los “pistoleros” del
mundo de la delincuencia, son en su mayoría antiguas, lo que
indica que sus propietarios, podían ser militares retirados
que eran poseedores de las mismas.
Los robos de armas no son noticias que trasciendan, aunque
en el momento de interesarnos sobre la procedencia del
arsenal armado con el que cuentan los “pistoleros” actuante
en la barriada de El Príncipe, fuentes policiales hablan del
robo como origen en un elevado porcentaje y, en mucha menos
medida, procedentes de la península y en raros casos de
Marruecos, aunque aquí la dificultad es extrema por la
legislación existente en el vecino país.
En el momento en el que se denuncia el robo de un arma, se
recurre al registro de la misma, aunque hay constancia de
robos que no se denuncian, por las razones ya apuntadas, de
que el arma no estuviera registrada, dado que oficializar su
desaparición conlleva la sanción correspondiente por no
haberla registrado.
La procedencia de las armas utilizadas por los delincuentes
tuvieron su procedencia en robos, sustracciones o pérdidas y
casi siempre de modelos antiguos, lo que para la policía es
un indicativo de que sus propietarios no son usuarios de las
mismas, ya que los modelos van variando con el paso del
tiempo.
Otra de las situaciones que se suele dar es la del alquiler
de las armas entre los propios delincuentes, como se ha
demostrado en intervenciones policiales, donde se ha
detenido a un individuo que ha “cantado” que el arma no era
suya sino alquilada a otro individuo.
En el actual momento de convulsión con disparos frecuentes
con heridos y muertos, son muchos los ciudadanos que se
preguntan: ¿No se puede acabar con esta situación de
inseguridad?
Para los policías, la actual situación de crisis económica
ha incidido negativamente en la falta de medios materiales y
humanos, ya que la situación de austeridad ha llevado al
Ministerio del Interior a reducir gastos y, por otra parte,
el aumento de plantilla no se produjo. De hecho las plazas
convocadas para Ceuta, tras la reciente visita del titular
de Interior, Jorge Fernández Díaz, es de un policía, dos
oficiales y un subinspector, sin tener en cuenta que en la
dotación de Ceuta, se produce la disminución de efectivos a
causa de traslados, jubilaciones y fallecimientos, que han
ido mermando la plantilla, posiblemente en una veintena de
efectivos.
Otro de los asuntos que son motivo de queja por parte
policial es la nula colabo0ración ciudadana en una barriada
como el Príncipe Alfonso, donde cada vez que se va a
investigar una situación delictiva, “no se ha visto nada”,
lo que supone el encubrimiento de los individuos que campan
a sus anchas y que, por temor, por amenazas o por evitarse
cualquier complicación, el silencio es un síntoma
generalizado entre el vecindario. Es por ello que cuando se
requiere eficacia policial en la investigación, las trabas
son demasiadas. De ahí el aumento de la inseguridad en la
mencionada zona, donde los episodios delictivos con armas de
fuego son de una extraordinaria frecuencia.
|