Es el slogam que se ha venido
repitiendo en nuestra ciudad, cada día, a lo largo de muchos
meses, con el deseo, pero no las actividades, de que las
calles de nuestra ciudad estén repletas de personas que no
son residentes aquí y que, únicamente, han venido a pasar el
día, a pasar unas horas o una semana.
Los deseos, en principio, son buenos, yo diría que óptimos,
pero traer al personal hasta aquí y no ofrecerle nada
especial es tan poco atractivo para el visitante que, una
vez que se marcha, no vuelve y además trata de que otros,
tan ingenuos como él, tampoco vengan.
Desde los años sesenta del pasado siglo, el turismo ha sido
una de las principales fuentes de ingresos de nuestro país y
digo una de las fuentes porque, por aquel entonces, además
de las divisas que dejaba el turismo, la emigración,
también, hizo que España empezara a cambiar.
Y Ceuta, como siempre, tarde, desde años atrás llena
espacios en prensa, radio y televisiones locales, con los
cuentos de Alí Baba y lo que es o puede ser el turismo para
la Ciudad, pero en ningún momento hemos tenido en las manos
un programa serio de atracción turística, instando a los
establecimientos a ser atractivos para que los turistas
lleguen y se queden cuanto más tiempo mejor.
Veo en la prensa de ayer, martes 25, que durante el pasado
mes de febrero llegaron a Ceuta 4561 visitantes,
prácticamente el mismo número que los que habían llegado un
año antes, pero con una particularidad que hay que reseñar,
y es que va creciendo el número de pernoctaciones en los
establecimientos hoteleros y así mientras que la media
anterior era de, escasamente, dos noches por visitante,
ahora esa media ha subido a casi dos y media noches, un buen
aumento y unas aportaciones a los establecimientos que hay
que tener en cuenta.
En varios momentos, he oído aquí en el Parador Hotel la
Muralla que el grado de ocupación, respecto a temporadas
anteriores, había subido, algo que parece que se ha dado,
también, en algunos otros establecimientos hoteleros de
Ceuta, con un 46,7% un grado de ocupación superior a la
media nacional que rondó el 43%, comparados ambos con el
mismo mes del año anterior.
Hasta aquí bien, no hay que discutirlo, pero las
perspectivas y los atractivos de cualquier visitante no son
muy para celebrarlas, porque ya me dirán qué puede buscar y
encontrar un turista aquí, un sábado por la tarde o un
domingo por la mañana.
El tiempo pasa, los años corren y ya, incluso, se va
perdiendo aquel estribillo del Parque Marítimo que, dicho
sea de paso, en un momento del verano va bien, para un rato,
pero en una tarde de febrero o en una mañana de enero, ya me
dirán qué pinta un turista, más de dos horas, en ese parque.
Y puestos a encuadrar los visitantes, parece que el número
de viajeros extranjeros, en Ceuta, aumenta, mientras que se
reduce el número de turistas españoles.
También está claro. A pesar de las molestias de la frontera
y sus inmediaciones, el número de marroquíes que visitan
Ceuta es cada día mayor, mientras que del otro lado del
estrecho y eso seguirá a la baja, no es atractivo acercarse
hasta Ceuta, porque llegar hasta aquí es tan caro como ir de
Gibraltar a Londres y ..., con sólo citar los nombres ya se
ve que hay diferencia.
Ceuta, lo quiera o no, tendrá que mirar cada vez más hacia
Marruecos.
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