El Estrecho de Gibraltar, debido a los efectos de las
regresiones y cambios del nivel del mar y de las líneas de
costa, permitió la cercanía de ambas orillas y facilitó la
posibilidad de contactos y relaciones humanas durante el
Pleistoceno y el Holoceno. Un tema que el catedrático José
Ramos, de la Universidad de Cádiz, abordará mañana en una
conferencia en el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas en Barcelona. En ella explicará como esta región
ha sido ocupada por diversas sociedades durante el
Pleistoceno y Holoceno, que han explotado los recursos
naturales por medio de actividades sociales de caza, pesca y
recolección.
El Estrecho cuenta con una secuencia histórica y
arqueológica que ofrece muchas semejanzas en la técnica y
modos de vida en las dos orillas. Por eso, los arqueólogos
proponen como hipótesis de trabajo que las semejanzas
tecnológicas son producto de relaciones y contactos en el
marco de las movilidades típicas de las sociedades
cazadoras-recolectoras paleolíticas, de procesos de
distribución en las sociedades tribales comunitarias
neolíticas y de procesos de jerarquización social que
conducen a los estados prístinos con las sociedades
clasistas iniciales.
El equipo de la Universidad de Cádiz lleva más de diez años
trabajando en Proyecto Benzú, codirigido por José Ramos y
Darío Bernal, y Carta Arqueológica del Norte de Marruecos,
desarrollado por investigadores de la Universidad de Cádiz y
de la Universidad Abdelmalek Essaadi, codirigido por cJosé
Ramos, Mehdi Zouak, Darío Bernal, Baraka Raissouni y Aziz El
Khajari.
Gracias a varios convenios, se han realizado excavaciones en
Benzú, Cueva de Enrique, Marsa, Cueva de El Hafa, así como
prospecciones geoarqueológicas cuyos resultados centrarán la
conferencia. La orillas del Estrecho son una región
importante para valorar el tránsito y posibles contactos de
sociedades prehistóricas. Por ello, ahí están las claves de
muchos problemas de las ocupaciones humanas del Pleistoceno
y Holoceno del norte de África y del sur de Europa.
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