Las ayudas comunitarias que
recibirá Ceuta hasta 2020 por 80,82 millones de euros,
presentadas ayer a los agentes sociales, oposición y
Federación de Asociaciones de Vecinos sobre las actuaciones
que habrán de desarrollarse en el período 204-2020, son unas
cuantías económicas que, con independencia del montante
económico a destinar en diversos programas, requieren
acierto no ya en el propio desarrollo, sino en la
distribución de los mismos. Conocida es la frase que siempre
repetía el presidente de la Ciudad sobre el hecho
incuestionable de que “los recursos son escasos y
suceptibles de usos alternativos”, axioma básico en economía
elemental. En efecto, a ver si los denominados “usos
alternativos” en los que se aplican son los acertados para
generar los beneficios que se le suponen, con el empleo a la
cabeza en ésta, nuestra ciudad, “capital” del desempleo con
14.000 parados.
Esta ciudad está muy necesitada de actuaciones válidas,
eficaces, que reactiven la economía, estimulen nuestro
tejido productivo y generen empleo. En política, cuando la
gestión no se corresponde con las expectativas que se
despiertan, generan la repulsa de quienes apreciaban
esperanzados un cambio de dinámica que no se produce. En
este caso, superada la incertidumbre sobre la disponibilidad
económica que Europa nos permitiría, el nuevo horizonte que
se presenta es el de la distribución de los fondos
comunitarios.
Ceuta aún podría obtener más dotación económica una vez que
se revise el PIB tras los “recortes” y el último período
económico, ya que si bien pasó de región en transición a más
desarrollada al superar el 90% de la media comunitaria,
podría darse el caso de que retrocediera y aumentara las
ayudas.
|