Como todos los años por estas fechas conmemoramos el día
Mundial de la Tuberculosis para recordar que no es una
enfermedad del pasado, sino que sigue presente en todos los
países en mayor o menor medida, con una incidencia que ha
variado poco a poco en los últimos años en el mundo.
El 24 de marzo del año 1892, el doctor Robert Koch descubrió
el bacilo de la enfermedad, el Mycobacterium Tuberculosis.
Durante esa época, la tuberculosis causaba la muerte de una
de cada siete personas en los Estados Unidos y Europa. A
partir de esa fecha, comenzamos a conocer y trabajar para
erradicar esta enfermedad.
En 1982, 100 años después, se realizó el primer Día Mundial
de la Tuberculosis patrocinado por la OMS y la Unión
Internacional de la Tuberculosis. Su objetivo fue mostrar
las devastadoras consecuencias económicas y de salud pública
que ocasiona la enfermedad, sobre todo en los países en
desarrollo.
Hemos progresado poco en lo que respecta a medios de
diagnóstico y fármacos, utilizando prácticamente los mismos
que hace muchos años. Se sigue investigando para conseguir
una vacuna eficaz, pero aún está lejos de conseguirse.
Con estas premisas, junto con la especial forma de actuar la
bacteria en el organismo, es fácil comprender las
dificultades con las que nos encontramos para vencerla y
vivir libre de ella en nuestro entorno, dado que, además,
los tratamientos deben ser de larga duración (de 6 a 9
meses) y de estricto cumplimiento diario para impedir la
aparición de las resistencias a los mismos, grave problema
presente en todo el mundo y que obliga a actuaciones muy
especiales para su estricto control.
La tuberculosis sigue siendo uno de los mayores problemas
mundiales de salud pública, con más de 2.000 millones de
personas infectadas a día de hoy en todo el planeta,
aproximadamente nueve millones de nuevos casos de enfermedad
cada año, y un millón y medio de muertes anuales por su
causa, es decir, 4.500 muertes cada día. Estas estadísticas
varían muy poco cada año.
La Consejería de Sanidad y Consumo, dentro del Plan de Salud
de la Ciudad, tiene entre sus objetivos generales ampliar y
potenciar el Programa de prevención y control de la
tuberculosis. Entre sus líneas de actuación, se encuentran
la del control y seguimiento de la enfermedad, la búsqueda
activa de casos de tuberculosis declarados en Ceuta y,
también, el estudio sanitario, de los contactos familiares,
laborales y sociales de estos.
Así mismo, entre otras actuaciones, contempla el
conocimiento y seguimiento de la incidencia de la enfermedad
en el ámbito local, el estudio del riesgo anual de infección
entre la población infantil, cuyos resultados nos sirve para
conocer mejor la situación real de la tuberculosis en Ceuta,
y saber hasta qué punto la transmisibilidad de la enfermedad
afecta a los ciudadanos, contrastando los datos obtenidos
con el número y tipología de los casos diagnosticados
declarados.
En el año 2013, se diagnosticaron en Ceuta 12 casos de
tuberculosis pulmonar y fueron atendidos por esta patología
otros 2 pacientes transeúntes, sin residencia en la ciudad,
que acudieron a los servicios sanitarios en busca de
asistencia. Este dato indica una tasa de incidencia de 14
casos por 100.000 habitantes.
El lema elegido este año es Trabajemos juntos para eliminar
la tuberculosis. Detectemos la TB. Tratemos la TB, que
complementa a los de los últimos años y que transmite un
mensaje de poder, pues todos podemos poner de nuestra parte
para frenar el avance de la enfermedad en el mundo.
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La colaboración entre Sanidad y el Ingesa agiliza el estudio
y el tratamiento
Es de destacar llegados a este
punto y en relación con el lema de este año, la colaboración
entre la Consejería de Sanidad y Consumo y el INGESA en la
atención a estos pacientes, tanto de los enfermos como de
sus contactos. Su resultado más importante se traduce en la
agilidad del estudio y tratamiento en los casos que proceden
gracias a la estrecha comunicación existente entre ambas
instituciones. Los Servicios de Neumología, Microbiología y
Medicina Preventiva del INGESA, junto con la Unidad de
Tuberculosis de la Consejería de Sanidad y Consumo, con sus
responsables al frente, forman un equipo de trabajo que
garantiza una atención temprana a los pacientes y un estudio
de su entorno. La tuberculosis es un problema mundial,
nacional y local de responsabilidad política y sanitaria
para su control. El concienciar a todos sobre la importancia
de su detección y su tratamiento correcto es fundamental
para poder controlarla.
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