Como todo el mundo sabe a estas alturas la Secretaria
Judicial del 3 va a ser cesada en breve. Esto significa que
pierde su puesto de trabajo, la remuneración
correspondiente, la posibilidad de mantener a su hijo y el
plus espiritual de dignificación personal que supone
realizar un trabajo. También, que el justiciable va a verse
afectado si a partir de ahora recibe una atención de peor
calidad.
Los funcionarios interinos son muy conscientes de que su
puesto es temporal y de que, salvo en casos excepcionales,
su trabajo dura en tanto la plaza no sea cubierta por un
titular.
Lo llamativo de este caso es que la Secretaria no es cesada
por haber hecho mal su trabajo. Ni por cometer un error
imperdonable. Ni por cometer una cadena de pequeños errores.
Tanto en la empresa pública como en la privada, cuando se
detecta un fallo este se trata de corregir mediante una
serie de medidas que van, desde la simple conversación entre
personales normales que intentan arreglar un problema,
pasando por medidas más serias hasta llegar, solo en casos
absolutamente excepcionales, al ejercicio de la vía
disciplinaria. En este caso sin embargo las razones del cese
(la máxima sanción posible) se pueden calificar
genéricamente de “políticas” y están en la mente de todos.
Esto puede deducirse con facilidad de un detalle tan
sencillo como la comida de despedida, en este caso
inexistente. No habrá comida de despedida. Pero no por
razones personales (por ser “rara”, antisocial, antipática),
ni por razones profesionales (por hacer mal su trabajo,
cometer un error imperdonable, o cometer continuamente
errores). No habrá comida porque todos saben que las razones
de su cese son “políticas” y nadie quiere quedar marcado por
acercarse a una víctima. Se trata por tanto de un castigo.
Del máximo castigo que se puede aplicar a un trabajador.
Castigo que, más allá de simpatías personales, por injusto,
hago mío.
Pero SI HAY ALGO SORPRENDENTE ES LA VIDA. (O.P.)
Torres más altas han caído. Cayó Bermejo, y ahí sigue ella…
Cayó Zapatero, cayó el PSOE (y caerá el PP). Cayó Bush y
Blair y Sarkozy. Cayeron Mubarak y lincharon a Gadafi
delante de todos. Hemos olvidado el nombre del mafioso que
gobernó Italia durante años mientras se revolcaba con “velinas”.
Renunció Benedicto XVI (¡por Dios, hasta el Papa pasó!),
pero ella sigue…
Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar. Pasaron
todos pero ahí sigue ella: La dignidad en el trabajo bien
hecho.
Porque EN ESTE MUNDO TRAIDOR NADA ES VERDAD NI ES MENTIRA,
TODO ES SEGÚN EL DOLOR CON QUE SE MIRA. (E. G.)
Porque PRIMERO VINIERON A POR “EL LOCO” PERO YO ESTABA
CUERDO Y LA COSA NO IBA CONMIGO, DESPUÉS VINIERON A POR
COMUNISTAS, JUDÍOS Y NEGROS, PERO YO NO TENÍA NADA QUE
TEMER. Y AHORA VIENEN….. (B.B., versión libre)
Y por todo eso QUIEN A OTRO HUMILLA A MÍ ME HUMILLA. (W.W.)
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