Las inmediaciones de la Audiencia Provincial y los Juzgados
de Serrano Orive aparecieron ayer tomadas por un amplio
dispositivo de la Policía Nacional. Agentes con chalecos
antibalas y algunos incluso con sus armas en mano cercaban
ambos edificios, controlando a todas las personas que
entraban y salían. La expectación no tardó en levantarse.
Todos se preguntaban qué ocurría en ambas sedes, pero nadie
daba respuestas.
El secretismo rodeó todo el despliegue, que se llevaba a
cabo porque acudían a declarar un testigo protegido y el
acusado por la muerte de Tafa Sodia, que fue asesinado el
pasado mes de julio. El testigo fue dirigido al Ceuta Center,
donde se encontraba el mayor despliegue de agentes del
Cuerpo Nacional de Policía. Además, un helicóptero
sobrevolaba la zona para garantizar la seguridad desde todos
los frentes. Desde allí y a través de una videoconferencia,
el hombre se ratificó en lo dicho durante su primera
declaración y volvió a reconocer a A.M.A., apodado Rambo,
como uno de los autores de los disparos, según explicaron
después fuentes cercanas al caso.
Esta declaración sirvió para repetir la prueba
preconstituida, que fue recurrida por la acusación, ya que
en la primera ocasión el testigo declaró cuando la causa
estaba bajo secreto de sumario y no se encontraban todas las
partes. El objetivo de esta prueba preconstituida es poder
utilizar el testimonio del testigo en la vista oral en el
caso de que este no comparezca.
Durante toda la mañana el dispositivo permaneció activo, e
incluso se llegó a cortar el tráfico en Serrano Orive, a
donde se dirigió al acusado, conocido como Rambo, que ha
sido trasladado a Ceuta desde la península para acudir ante
el juzgado que instruye el caso.
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