La magia de la radio no sólo esta en escucharla. Las
antiguas radios, aquellas que a principios del siglo XX
llevaban la música y las noticias a las casas de los pocos
que podían permitirse comprar un transistor, desprenden un
halo de glamour que pocos objetos tienen hoy en día. Sin
embargo, no es fácil encontrarlas y las pocas que han
sobrevivido no funcionan más que como decoración. Pero,
gracias a algunos enamorados de estas radios como Luis
Fernando Contreras, es posible retroceder cien años y
escuchar lo que se transmite a través de las ondas como lo
hicieron hace un siglo. Este ceutí arregla todo tipo de
radios antiguas en su tiempo libre. El gusanillo de este
particular hobby le picó cuando cayó en sus manos una
pequeña radio, modelo Malcani. La última, que también ha
sido la más rara y la más antigua, ha sido una RCA
Americana. Esta reliquia la encontró en un rastro de Tetuán,
Luis cuenta que estaba destrozada y que se pudo hacer con
ella por cinco o seis euros. El tiempo que le ha dedicado
para devolverle el esplendor ha sido nueve meses, pero el
trabajo ha merecido la pena y así se percibe nada más ver
esta radio. La lleva con el con mucho mimo, para que no se
rompa. Restaurarla le ha costado en torno a setenta euros,
pero lo más difícil ha sido encontrar las piezas de
repuesto. A través de internet o comprando otras radios, se
consiguen las piezas, pero es un sector muy cerrado y
especializado. Son pocos los que se dedican a arreglar
radios antiguas y en eso también radica parte de la magia
que tiene esta labor, que tiene muchos trucos. Luis cuenta
algunos como cuando se ha encontrado radios cuya madera
estaba apolillada y que ha tenido que meter al congelador
para matar la polilla y poder salvarla. Luego, escuchar
música y noticias a través de sus altavoces, y volver a
principios de siglo XX, es un placer que no tiene precio.
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