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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE MARZO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

Le debía esta columna
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace ya mucho tiempo que no le dedico siquiera unas líneas a José Antonio Carracao: secretario general de los socialistas de Ceuta. Y no será porque éste venga dando muestras de excesiva comodidad en el desempeño de sus cargos. Más bien sucede todo lo contrario: pues no se concede tregua alguna a la hora de denunciar cuanto cree que viene haciendo mal el gobierno local.

Cierto es que no le falta tajo a nuestro hombre. Ya que el obrar de nuestro de alcalde propicia que la oposición tenga cada día motivos más que suficientes para pintarle la cara con los colores de los despropósitos. Y qué decir de la portavoz del Gobierno: cuyas apariciones públicas la hacen quedar peor que la Chata de Cádiz e incluso que Cagancho en Almagro. En suma: que los petardos que pega Bel Yolanda son tan considerables como sonados.

A lo que iba: José Antonio Carracao no merece que uno lleve tanto tiempo sin decir ni mu de él. Confieso que mi proceder es injusto. Puesto que ha habido momentos en los que he podido dedicarle este espacio aunque sólo fuera para darle los ánimos precisos a fin de que no se venga abajo en la lucha desigual que mantiene contra Vivas y contra su socio de Gobierno: Aróstegui.

El diputado y portavoz de los socialistas en el gobierno local, Carracao, carece de todo altavoz mediático capaz de reconocerle sus aciertos. Lo cual con ser malo, no es lo peor: lo peor es que lo tratan desconsideradamente y en no pocas ocasiones incluso van más allá: lo maltratan. Y si acaso yerra en cualquier exposición, como les ocurre a los demás políticos con cargo, lo persiguen sañudamente. Con furia cruel.

Cierto es que hay excepciones; es decir, quienes escriben en periódico que no tienen como consigna cebarse con el portavoz de los socialistas. Ensañarse con el diputado porque sí. Pero tampoco es menos cierto que José Antonio Carracao no cuenta con la propaganda debida como para que la gente sepa más de él y hasta lo llegue a considerar como posible alcalde.

La última vez que yo crucé unas palabras con Carracao fue en mayo del año pasado. Concretamente el Dos de Mayo; a esa hora en que autoridades civiles y militares acudían a rendir el consabido homenaje al teniente Ruiz. Nuestro encuentro fue casual y debo decir que en esos momentos a José Antonio lo estaban crucificando por haber ahondado en el caso de los camiones que se pagaban una y otra vez. Me estoy refiriendo al conocido como ‘caso Urbaser’.

Recuerdo haberle dicho, en aquel momento, que un secretario general de los socialistas de Ceuta, amén de portavoz de su partido en el Ayuntamiento, debía contar con más medios para salir airoso en sus cometidos. Incluso le cité de memoria cómo el partido socialista de Ceuta nunca se preocupó de ganarse la voluntad de ningún medio de la tierra. Aun lo puse al tanto del final que tuvo ‘El Periódico’ que osó mantener una línea editorial cercana al entonces delegado del Gobierno, Pedro Márquez González.

José Antonio Carraco me oyó decirle que el partido socialista, su partido, nunca mostró, salvo en el caso del periódico mencionado, ningún interés en hacerse oír en esta tierra mediante una voz si no propia al menos no enemiga furibunda. Una forma de proceder, quizá, por estar convencidos sus dirigentes de que en esta tierra la gente es de derecha de toda la vida. Y que no merece la pena llevarles la contraria.

En fin, desde aquel día no he tenido la oportunidad de hallarme a Carracao. Pero sé que le debía esta columna.
 

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