Querido Eduardo Hernández
Lobillo: la última vez que me dirigí a ti fue en marzo
de 2103. Así que se ha cumplido un año. Lo hice, una vez
más, con el fin de recordarte y, de paso, para que tampoco
te olviden quienes presumieron siempre de tu amistad.
Querido Eduardo: también aproveché la ocasión para propalar
que eres merecedor de que se rotule una calle con tu nombre.
Hice semejante petición, querido amigo, a sabiendas de que
caería en saco roto. No sólo porque los políticos actuales
no tienen ni idea de quién fuiste ni mucho menos conocen qué
clase de persona eras, sino porque me consta que Juan
Vivas siempre ha sido cicatero con tu memoria. Y, sobre
todo, porque bastó que fuera yo el manifestante de tus
muchos méritos para que la proposición fuera desoída.
Querido Eduardo: Juan Vivas, a quien nunca te cansaste de
elogiar en los principios de los ochenta y hasta le
auguraste un futuro brillante cómo funcionario e incluso
como político, llegado su momento, lleva ya la friolera de
15 años como alcalde. Y sigue apostando por eternizarse en
el cargo. En lo tocante a su comportamiento, debo decirte
que hace y deshace a su antojo en la ciudad. Y ¡ay! de
quienes se atrevan a llevarle la contraria. Menos mal que ya
no se estila eso de darle a la gente aceite de ricino.
Querido Eduardo: nunca antes te había puesto al tanto de que
Juanito Vivas, tantas veces destacado por ti, forma collera
política con Juan Luis Aróstegui. Aquel muchacho que,
pese a sentarle como un tiro el disfraz de Che Guevara,
se paseaba con él por la ciudad alardeando de ser más
comunista que Fidel Castro. Lo cual generaba risa,
mucha risa, entre los ceutíes de la época.
Eran otros tiempos… Y conviene recordar que tú, entonces, ya
decías que España caminaba nuevamente hacia la decadencia y
que Ceuta habría de pasar por trances muy difíciles. Y
acertaste. Y es que tus predicciones estaban apoyadas en tus
muchos conocimientos.
Pero tú querrás, Eduardo, tras un año sin dirigirme a ti,
que te ponga al tanto de cuanto ha sucedido durante ese
tiempo en la ciudad. Te cuento: en agosto del 2013 nos dejó
Carlos Chocrón. Quien sí sabía qué clase de personas
eras tú. ¡Si la gente conociera la cantidad de veces que
tiraste de cartera a fondo perdido y las ayudas que
prestaste en situaciones claves para que otros comerciantes
enfilaran el camino del éxito! Actualmente, Ceuta está
sufriendo varapalos desde todos los sitios, habidos y por
haber, debido a que el 6 de febrero pasado murieron 15
inmigrantes en el mar cuando nadaban hacia la orilla de la
playa del Tarajal. Entre los más encarnizados críticos de la
tragedia está Aróstegui. Éste, habiendo dejado ya de
emular al Che Guevara lo hace ahora como si fuera
Lawrence de Arabia.
En cuanto a nuestro alcalde, o sea, Vivas, viaja
constantemente a Madrid para entrevistarse con ministros y
ministras. Ante quienes se muestra no sólo más cumplido que
un luto alicantino sino que un día, de tanto doblar la
cerviz ante los fuertes, se va a descoyuntar la columna
vertebral. Querido Eduardo: Vivas, a quien tantas veces le
hiciste el artículo, produce risa cuando se pone a
informarnos de cómo lo han recibido ministros y ministras,
secretarios de Estado o subsecretario, y lo mucho que todos
ellos quieren a Ceuta y a los ceutíes. Y se queda tan
pancho. No tiene el menor sentido del ridículo. Pero le
sobra poder y ganas de arremeter contra los más débiles y,
por supuesto, contra quienes no le digan que sí a todo…
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