La zona litoral de la playa de San Amaro ha sido el
escenario de un ejercicio de desembarco y reconocimiento a
cargo de la Sección de buceadores del Regimiento de
Ingenieros número 7, al mando del teniente Francisco Cívico.
Un ejercicio que consistía, como cualquier unidad militar,
de asegurar la obtención de información sobre un asunto
concreto, para reconocer si no es hostil la orilla y
establecer un muelle para fijar un punto estratégico a fin
de determinar las posibilidades de acceso a través de ir
inspeccionando los fondos marinos.
El reconocimiento de los fondos marinos para estudiar la
posibilidad de establecer un canal en el caso de que tuviera
que acercarse a la orilla otra embarcación es labor de los
buceadores. Un equipo muy experimentado, adiestrado en
Zaragoza y que desde hace tres meses están en contacto con
el nuevo material que han utilizado en este ejercicio.
En este operativo, supuesto táctico de desembarco de una
lancha tipo zodiac a cargo de la SERECO (Sección de
reconocimiento) del Regimiento de Ingenieros nº 7 con sede
en el Jaral, se inició con la llegada de los buceadores que
hicieron una entrada sigilosa en la playa, asegurando la
zona. A continuación, llegó, en la embarcación neumática, el
resto de la Unidad que realizó el reconocimiento de la playa
en cuanto a obstáculos, dimensiones, capacidad o
características del terreno.
Una vez recopilada esta información, la sección se desplegó
con la misma discreción con la que llegó, ya que su objetivo
es la recopilación de información con la mayor discreción
posible y no debe entablar combate, a menos que sea
inevitable por haber sido descubiertos, para autodefensa o
para proteger su repliegue.
El subteniente Víctor Marques Ibañez, jefe de la Oficina de
Comunicación nos habla del denominado “control de zona” en
la operación sigilosa de aproximación, siguiéndole la Unidad
de reconocimiento en la embarcación neumática. “El objetivo
no es de combate y por ello, rehúyen cualquier
confrontación, aunque sí entrarían en combate en caso de ser
descubiertos, como protección contra una agresión. Ellos
siempre tratan de pasar inadvertidos”. El grupo desplegado
es de ocho hombres y el objetivo es de pasar lo más
inadvertido posible.
El coronel de Ingenieros, José Ignacio Robles Saéz, también
presente en este ejercicio táctico, indica que “se han
utilizado tanto buceadores como nadadores, han practicado un
reconocimiento de los fondos marinos desde la lancha, han
dejado el equipo, asegurando la playa para poder reconocer
un supuesto obstáculo a fin de permitir la llegada del
personal que no bucea, o sea, los nadadores, para hacer la
operación supuesta y replegarse con las medidas de seguridad
táctica que han de emplear”.
El propio coronel alude a otros detalles de la operación que
supervisa desde tierra: “Han comprobando la instrucción
propia de buceadores y la instrucción propia de zapadores
unida a la específica de la Sección de reconocimiento y han
probado un equipo nuevo que han recibido, para cerciorarse
que se ajusta a los procedimientos que deben de emplear”.
|