Con levante y todo. Fue
precisamente el viento de levante, ese fuerte temporal, el
que arrastró hasta la zona de Calamocarro una cantidad tan
grande de fardos, en los que estaba empaquetado hachís, que
más que parecer la propia realidad que era, parecía cosa de
una de esas películas, en las que la ficción sobresale por
encima de todas las realidades posibles.
Aquí fue al revés, aquí la realidad ha superado con creces a
la propia ficción, al tratarse de 64 fardos que contenían
casi dos toneladas de hachís. Todo un capital abandonado en
el mar y que ello solito se ha ido acercando a la costa.
Y pocas veces veremos una colaboración tan codo con codo,
como se dio en la recogida de esos 1800 kilos de droga, por
parte de la Guardia Civil, CNP y Policía Local.
Aquí poco se puede ir a interpretar los hechos, sino que,
según aseguran los expertos, se trataba de un posible pase
que no logró llegar a su destino, que se abandonó la
mercancía a la ventura y que llegó a las inmediaciones de
Calamocarro, como podía haber llegado a Santa Catalina, a
Benzú o a cualquier otra parte de nuestras costas.
En esta ocasión, pocas veces se podrá decir esto, el trabajo
fue perfecto y arriesgando mucho menos, además de que como
todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad estuvieron en la
misma faena, el final del trabajo fue perfecto, en una
operación que dará que hablar por lo que sea, pero no por
haberse corrido el riesgo de que parte se fuera a otro
lugar.
Las fotos que aparecían en la prensa local de ayer martes
nos mostraban como todos se habían echado a las escolleras
con el único interés de poder recoger los fardos del mar, en
muy poco tiempo, cuanto antes mejor.
Y ni siquiera las fuertes olas, siempre peligrosas en un
temporal como el de días pasados, ni eso siquiera amilanaba
a ninguno de los agentes que, de principio a fin, actuaron
con la profesionalidad que les caracteriza.
Fueron varias horas, con el mar alborotado, pero ni aun así
se dejaba de mirar y registrar, buscar y rebuscar, en todos
los lugares donde podía haber quedado atrapado algún fardo.
Sucedía que a media mañana del lunes, cuando pasaba un coche
radiopatrulla del CNP se dio cuenta de que en las
inmediaciones de la playa de Calamocarro flotaban un buen
número de fardos. Rápidamente se da la información a las
distintas Fuerzas de Seguridad y el operativo comenzó a
trabajar.
Una vez más, ahí estuvieron, en su justo sitio, dotaciones
del CNP, Guardia Civil y Policía Local. Había que “recoger”
aquella mercancía, en fardos de unos 30 kilos cada uno, y
desde el primer instante todos se percataron de que aquello
era hachís.
En los instantes iniciales, con habilidad, con arrojo y sin
que se pudiera escapar ni uno solo, se hicieron con 57
fardos, los otros no tardaron en irse recogiendo, del mar o
desde alguna de las escolleras.
Con la recogida de todos esos fardos, parece que la
operación quedó concluida, pues tras establecer un
dispositivo de vigilancia, en las playas y el mar, no
apareció nada más.
Tras esa recogida, el hachís “encontrado” se trasladó a la
Jefatura Superior de Policía, donde se han tramitado todas
las diligencias policiales. Buen trabajo, organizado desde
el “levante”.
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