La necesidad de introducir medidas
para favorecer el empleo juvenil, relanzar y controlar
democráticamente las políticas económicas, son algunos de
los aspectos que variarán e impulsarán los socialistas
europeos, si Martín Schulz llega a presidir la Comisión
Europea, después de las elecciones que tendrán lugar el 25
de mayo.
Ya no son suficientes palabras y frases atractivas. La
ciudadanía está saturada de promesas que no terminan por
cumplirse, mientras la calidad de vida en España y en Europa
cada vez está más constreñida. Decenas de millones de
personas están en paro, afectando una parte importante a los
jóvenes. Más de cien millones de europeos se encuentran por
debajo del umbral de la pobreza. Así podríamos seguir
enumerando razones sobre la difícil situación a la que hemos
llegado. No es necesario salir de Ceuta para comprender de
lo que estamos tratando.
La cabeza de lista del PSOE a las elecciones al Parlamento
Europeo, Elena Valenciano, junto con el nuevo líder de los
socialistas europeos, el alemán Martin Schulz, tienen el
derecho y la obligación de explicar de un modo claro y
conciso, qué tipo de cambios y medidas económicas aplicarán
para superar el reto de relanzar la economía y mejorar el
empleo, con especial atención al juvenil.
Sin más dilaciones, pasaré a resumir decisiones concretas
que la socialdemocracia europea aplicará, si los ciudadanos
le otorgan la mayoría en el Parlamento Europeo: “Aumentar el
presupuesto para los y las jóvenes menores de 30 años.
Introducir una política ambiciosa industrial. Más apoyo a la
pequeña y mediana empresa. Promover la innovación
tecnológica y sostenible. Eliminación de la explotación de
los trabajadores y los contratos precarios que afectan a
tantos europeos. Igualdad salarial con salarios mínimos
dignos en toda Europa. Favorecer el diálogo social con la
intervención de los sindicatos y la legislación contra la
discriminación. Priorizar la innovación, investigación,
formación y una política de reindustrialización inteligente”
Las políticas de austeridad preconizadas por la derecha
europea, han tenido un nefasto efecto en las economías
europeas y especialmente han perjudicado a los más débiles.
Buenos defensores de estas políticas han sido el Sr. Rajoy y
el que fuera presidente del Eurogrupo (la reunión de
ministros de Economía del euro),Sr. Jean-Claude Juncker, que
actualmente es el aspirante a presidir la Comisión Europea,
si la derecha ganara las elecciones europeas.
Una de las críticas más contundentes que ante el origen y
desarrollo de la crisis se ha dirigido a los grupos
políticos y mandatarios públicos, ha sido la subordinación
de la política a los oligopolios económicos y financieros,
que han desbordado y superado la función política,
contribuyendo a los intereses espurios de los grandes
poseedores de la riqueza económica, mientras los indefensos
ciudadanos son los que están pagando las consecuencias.
También los ciudadanos se consideran alejados en las tomas
de decisiones y escasamente respaldados por sus
representantes políticos. Ante estos hechos me parece muy
importante lo manifestado en el plan de actuación de los
socialistas, si ganan las elecciones: “ Queremos poner en
marcha un mecanismo de coordinación real de las políticas
fiscales y económicas en la zona euro, que tenga en cuenta
los efectos sociales de dichas decisiones en tu comunidad.
El Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales deben
conservar su soberanía e implicarse por completo en el
ejercicio del control democrático sobre dichas políticas. El
legado de la Troika, en este sentido refleja un claro
fracaso… Es necesario establecer otro modelo, en el marco de
los Tratados de la UE, que sea democrático, socialmente
responsable y creíble. Seremos estrictos guardianes del
dinero público, garantizando la calidad del gasto público…
para obtener los mejores resultados para la ciudadanía
europea.”
Finalmente, no es desconocido el efecto pernicioso que tiene
sobre las políticas económicas y presupuestarias, el
problema del fraude y la evasión fiscal, que según fuentes
del Partido Socialista Europeo, representa aproximadamente
un billón de euros al año. “Reducir a la mitad la evasión
fiscal para 2020 y aplicar mano dura contra los paraísos
fiscales serán prioridades centrales, junto a normas que
garanticen la transparencia y eviten que se eludan
impuestos”.
En definitiva, medidas concretas, que produzcan cambios
económicos destinados a favorecer la creación de empleo, el
crecimiento y el control democrático por los representantes
que se elijan, para que de un modo eficaz controlen y
representen realmente a todos los ciudadanos. Estos son
algunos aspectos económicos sobre los que hemos incidido,
del plan de actuación que la socialdemocracia presenta para
las próximas elecciones europeas, que en futuras ocasiones
seguiremos ampliando con otros temas. No obstante, hay algo
que es prioritario y básico. Si la ciudadanía estima
necesario el cambio y dentro de su legítimo derecho a tomar
la decisión que le parezca, el votar en estas elecciones
será determinante para el futuro de Europa.
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