Sin procesión, ni cortejo fúnebre, ni lágrimas de viudas.
Ayer la caballa ardió en silencio, rodeada de varias decenas
de personas que tras la resaca de la Gran Cabalgata de
Carnaval hicieron el ánimo de acercarse hasta la playa de La
Ribera para ver la tradicional quema de la caballa con la
que se despide a Don Carnal y se le da la bienvenida a Doña
Cuaresma. Así, ayer se vivió el entierro más austero de la
caballa, que además fue ‘low cost’ ya que el precio de esta
ha sido de 170 euros, apenas el de los materiales que la
componían ya que las tres personas que han trabajado para
construirla pertenecen al Plan de Empleo, según contaba ayer
el responsable de Festejos, Salvador Jaramillo. Este año se
decidió suprimir el cortejo que tradicionalmente llevaba a
la caballa por las calles del centro debido a que, tras el
sábado de la cabalgata, son pocos los que se acercan a ver
el entierro y por eso ya se está pensando en hacer cambios
para el próximo carnaval, según señaló ayer también el
viceconsejero de Festejos.
El autor de la caballa de este año ha sido Cristian Cajal,
un carnavalero para el que este encargo ha sido “un honor”,
según contaba ayer. Madera, cartón, espuma de polietileno,
alambre, cola y papel es la receta de escultura que ayer
ardió en apenas unos minutos bajo la atenta mirada de los
ceutíes, entre los que estaba también el consejero de
Festejos, Premi Mirchandani. La reina del Carnaval no pudo
asistir por encontrarse enferma.
Tras dejar a la caballa sólo en la espina, se dio por
finalizado este Carnaval 2014 caracterizado, entre otras
cosas, por la gran afluencia a la Gran Cabalgata. Ahora
queda por delante un año en el que pensar cómo subir el
listón, cada vez más alto, del Carnaval ceutí.
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