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ACTUALIDAD - LUNES, 10 DE MARZO DE 2014


vivas y bel a las puertas del juzgado. e.p.

‘Caso Kibesan’/ Imputación de la consejera Yolanda Bel
 

Kibesan no ha vuelto a ser contratada por la Ciudad tras destaparse el ‘affaire’

Ni tenía indicios de actividad en el momento de realizar las ventas a la Consejería de Bel ni tampoco ahora, en la actualidad, tras “destaparse” este caso. Una conducta sospechosa que no tendría que darse si sus relaciones comerciales eran correctas

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La empresa Kibesan 2.000 inmersa en un caso que ha llevado a la consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel a ser imputada por un presunto delito de prevaricación por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ceuta, ni tenía indicios de actividad en el momento de realizar las ventas de suministros para el Plan de Empleo a la Consejería de Presidencia ni tampoco ahora. En la actualidad, tras “destaparse” este caso, Kibesan no ha vuelto a mantener relaciones comerciales con la Ciudad Autónoma de Ceuta.

La trayectoria de las relaciones de la empresa Kibesan con la Consejería de la que es titular Yolanda Bel ha estado plagada de “sombras”: durante los meses de abril y mayo de 2013, cuando Bel realiza las compras la empresa tenía un objeto social cuya actividad era el comercio al por mayor de productos de consumo duraderos, suministro de material de limpieza, textiles, calzado de construcción y de papelería. Con posterioridad, según consta en el Boletín del Registro Mercantil de 26 de agosto de ese mismo año –es decir, casi tres meses después-, tal vez para dar cobertura a sus ventas a la Consejería de Presidencia, amplía su objeto social: ventas al por mayor de textiles, confección, calzado y artículos de cuero, productos de mantenimiento del hogar, materiales de construcción, artículos de papelería y escritorio, servicio en cafés y bares, parques o recintos feriales, la promoción, construcción, arrendamiento y ventas.

Pues bien, el hecho de que ahora, tras descubrirse este “affaire” la empresa Kibesan haya dejado de mantener relaciones comerciales con la Ciudad, induce a pensar que resulta un tanto sospechoso, dado que siempre mantuvo Yolanda Bel que no había irregularidad alguna en las actuaciones que había desarrollado con Kibesan e, incluso, se permitió amenazar a quien dudara d su honorabilidad.

La jueza sigue en la actualidad el proceso de instrucción, ya que estudia la documentación que ha llegado a su poder, tras la celebración de la comparecencia de la imputada Yolanda Bel el pasado 22 de enero, donde la consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo se negó a responder a las 23 preguntas de la acusación particular a cargo del letrado de “Conciencia Libre” y se limitó a aportar una serie de informes, documentos de Intervención y jurídicos con los que trataba de avalar la legalidad de los fraccionamientos de pagos que se realizaron por compras a Kibesan y en todos los casos, por cantidades inferiores a 18.000 euros.

Según expertos consultados, había un presupuesto aprobado con una dotación concreta que tenía una partida económica de 600.000 euros y donde Yolanda Bel ha podido incurrir en delito es en fraccionar a su gusto y manera esa cantidad para comprar a una misma empresa “a dedo” y donde sólo prevalece su voluntad de hacerlo, eludiendo la convocatoria de un concurso público con publicidad y todos los preceptos legales. Ahí es donde Yolanda Bel ha podido incurrir en responsabilidad penal, ya que la designación “a dedo” es una forma directa de beneficio y se dirige al benefactor como “producto de su voluntad”, decía Conciencia Libre en su denuncia.

El fraccionamiento de pago protagonizado por Yolanda Bel ascendía a 39.748 euros mediante la fórmula de “gastos menores” con el fin de eludir los requisitos legales que son preceptivos en estos casos en el supuesto de que la partida disponible de 600.000 euros hubiera sido sacada a concurso público con la publicidad y mediante el procedimiento de adjudicación correspondiente.

De esta manera, Yolanda Bel eludía el concurso público y privaba de la posibilidad de concurrencia de otras empresas a los contratos de interés público y, por tanto, coarta la libertad de libre mercado, así como la opción legítima de posibles competidores.

Conciencia Limpia siempre ha planteado que “estamos ante una adjudicación verbal, fraccionada y continuada de compra de suministros”. En la denuncia de esta Asociación se dice que las resoluciones de Yolanda Bel han sido arbitrarias y dictadas a sabiendas de su injusticia. De ahí la petición que se formuló de los presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias.
 


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