El próximo sábado, con el entierro
de la caballa, finalizan los carnavales de nuestra tierra.
Un entierro que por cierto no llevará cortejo detrás de la
caballa, tendrán que esperar en la playa la llegada de la
difunta, para poder derramar las lágrimas correspondientes,
y prepararse para los próximos carnavales del año que viene,
Acostumbrado a presentar los carnavales de mí tierra,
durante sus nueve primeras ediciones, no acierto a
comprender ciertas cosas que ha tenido éste último carnaval
donde, por cierto, ha mejorado mucho la actuación de las
comparsas y chirigotas, en tipo, afinación y voces, que se
han presentado al mismo. O sea, en pocas palabras, que de
aquellos carnavales a los actuales, se ha mejorado
muchísimo.
Y les decía que hay cosas que no acierto a comprender de los
actuales, por la sencilla razón que no veo motivo ni causa
suficiente, para que a la hora de emitir el jurado el nombre
de los ganadores, se tenga que dejar el teatro más sólo que
launa.
Se me cuenta, se me dice, que eso es para evitar la posible
reacción de los seguidores de aquellos que no han conseguido
premio alguno o han quedado en lugares, que ellos creen no
les corresponden.
Eso siempre ha sido así y siempre será, pero en mí época, en
esos nueve primeros carnavales que presenté, también había
esas protestas de algunos seguidores, por los motivos antes
explicados, y no pasaba absolutamente nada. Eran par de
minutos y después todos tan contentos a seguir el carnaval
en las distintas sociedades y entidades que daban los bailes
de carnaval o en la calle, que es donde verdaderamente se
desarrolla el auténtico carnaval.
La actuación en el teatro de las distintas comparsas,
chirigotas y cuartetos, es sólo un concurso en el que actúan
las mismas para conseguir el deseado premio que les hace ser
considerada la mejor comparsa, chirigota o cuarteto de
nuestros carnavales.
Como sigo sin entender, la razón o motivo, que en el
entierro de la caballa, no lleve cortejo alguno, cuado
siempre ha sido algo tradicional, ver detrás del entierro
las desconsoladas viudas y cientos de acompañantes dándole
el último adiós a nuestra querida caballa. Quien lo lleva,
lo entiende. Servidor sigue sin entender nada de nada. Pero,
en fin, doctores tiene el asunto y ellos sabrán por qué
razón han tomado esa decisión, que no acierto a entender.
Y el próximo año el carnaval será la antesala de unas
elecciones, en las que como en el carnaval, cuando termina
caerían muchas caretas, dejando al descubierto la auténtica
personalidad de algunos de los que han tenido puesto en la
política, y causarán asombro al personal, muchos de los que
irán en las listas que presentarán los partidos a esas
elecciones. Sin duda alguna, algunos nombre harán
preguntarse a las bases ¿y ese de dónde ha salido?. ¿A quién
se le ha ocurrido ponerlo en nuestra lista, cuando no tiene
ni la más remota de la ideas?.Será así, pero el que manda,
es el que manda y cartucho al cañón. Y el que no esté de
acuerdo, que se aplique eso de “ ajo y agua”.
Faltan siete días y aún no se ha cumplido lo que prometió la
fuente de la Cámara. Ese es su problema. Aun está a tiempo.
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