Queridos fieles diocesanos,
Me dirijo a vosotros en este día que rebosa de intensidad
espiritual por la fuerza de la penitencia expresada en la
ceniza que va a ser impuesta hoy sobre nuestras cabezas.
El Hijo de Dios extendiendo sus brazos en la Cruz ha
abrazado los cuatro puntos cardinales del espacio y el
tiempo humano y ha convertido nuestra historia -cada una de
nuestras circunstancias y fatigas, y aún nuestros pecados-
en “tiempo de gracia”, lugar de encuentro entre dos abismos,
el de la Misericordia del Padre y el de la miseria del
hombre.
El papa Francisco, en su Mensaje cuaresmal titulado:
“Cristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros” nos invita
a centrar nuestra mirada en el abajamiento y la pobreza que
Cristo asumió al encarnarse y que ahora por su resurrección
se ha convertido en fuente de vida para todos nosotros, los
pobres y necesitados de su salvación, especialmente los que
más sufren.
Dejemos que el dolor de nuestros hermanos sufrientes se una
en nuestra oración a los gemidos de toda la creación que
clama por la vida resucitada; demos de limosna no sólo
nuestras cosas sino nuestra vida entera para que sea partida
por y para ellos, y nuestro ayuno se convierta en el espacio
en el que nuestro cuerpo se une a nuestra alma para dejar
clamar al Espíritu Santo por la renovación de todos los
hombres.
Oremos especialmente por los sin techo, los parados, los
emigrantes, y los mas dolientes y afectados de Ceuta.
Os deseo una santa cuaresma para que podamos vivir una feliz
y fructífera Pascua de Resurrección. Cristo nuestro Maestro
va delante de nosotros, sigámosle agarrados de la mano de su
Madre, de nuevo hacia la casa del Padre. La fiesta está
preparada.
* Obispo de Cádiz y Ceuta
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