Y no es que no lo hubiéramos
previsto y anunciado, la última de las veces ayer mismo, en
nuestra columna.
Y es que todos los “ataques” infundados, alguno incluso
desde Ceuta, ¿No es así, Juan Luis Aróstegui?, han dado más,
mucha más fuerza, a las mafias que mueven una gran parte de
esas avalanchas y al pensar que, ahora ya, estarían las
fronteras semi desguarnecidas , se ha dado el intento más
fuerte de entrar a Ceuta.
Dicen que, en torno a, 1500 eran los “negritos” que trataban
de colarse a nuestra ciudad, en un primer ataque sobre las
cuatro de la madrugada y en uno posterior a las ocho.
Afortunadamente, digo bien, afortunadamente, no se llevó a
cabo la gran invasión, pero ahí ha quedado ese nuevo aviso
que se volverá a dar, en cualquier momento, eso está claro.
Y suerte estamos teniendo, en que las fuerzas de Marruecos
no le estén volviendo la espalda a todos estos intentos de
fuga, porque si al otro lado de la frontera hubiera el más
mínimo síntoma de indiferencia, Ceuta y lo mismo Melilla, ya
estarían totalmente invadidas.
Y ahora, al no haber visto nada en el informativo de las
tres de la tarde, del martes, ardo en deseos de oír lo que
dice Rubalcaba, sobre este nuevo aviso; ardo en deseos de
oír a Cayo Lara o al “don Tancredo” Centella, esos de ahí
fuera, pero ardo más en deseos por saber con qué cantinela
nos podrá obsequiar, a lo largo de la tarde, o de mañana el
ínclito Juan Luis Aróstegui, ese fulano que tanto mira por
el bienestar de los inmigrantes. Todos estos, si realmente
tuvieran vergüenza, después de lo que han dicho, en días
pasados, y tras comprobar este nuevo intento, incluso
superior al que se llevó a cabo en Melilla, se tendrían que
meter debajo de la mesa y no asomarse más, durante un mes, a
que les diera el sol.
Afortunadamente, Ceuta ya sabe muy bien lo que significa
todo esto, pero se empiezan a lamentar de que toda esta
publicidad mezquina puede anular el poco movimiento
turístico de la Ciudad, con lo que aquí el paro puede
repuntar al alza, todavía un poco más.
En lo que va de año, si es que el mundo entero no sabía
donde estaban tanto Ceuta como Melilla, bien se están
enterando en todas partes, donde están y cual es el problema
que más les está acuciando.
En esta ocasión, sólo ha sido un aviso, menos mal, porque
podríamos, a estas horas, estar lamentando una entrada tan
masiva que hubiera hecho temblar al CETI, si es que no está
ya más que saturado.
Con todo, no hay que pensar que todo acabó y ya podemos
alegrarnos de que ese intento de entrar en masa ha fallado.
Mejor así.
Ceuta, querámoslo o no, está de moda, pero no por iniciativa
propia, sino porque parte de la prensa, aquella que vive de
lo que políticamente vende más, se ha posicionado del lado
de los “pobrecitos subsaharianos” y como a esa prensa le
están haciendo el juego una serie de desalmados que se
dedican a la política, políticos que, con tal de intentar
lograr dos docenas de votos, son capaces de sacrificar a su
propio padre, pues ahí está la publicidad, maldita
publicidad, que está soportando Ceuta desde hace más de un
mes.
Nos agrada la visita del ministro del Interior, ahora es
cuando hace falta su visita y ahí está dando la cara, aunque
algunos se la quieran partir, con sus guardias civiles, que
no olvidemos que muchos de ellos también tienen hijos que
les esperan cada vez que termina uno de sus servicios,
algunos de ellos muy arriesgados.
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