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El escandaloso informe emitido por
el Servicio de Extinción de Incendios sobre las múltiples
deficiencias que presenta el edifico del Ceuta Center, punto
neurálgico de un enorme trasiego de personas a diario, hace
obligado que alguien adopte una decisión drástica, urgente y
responsable, de cerrarlo al público, evitando también que
los empleados públicos desarrollen allí su trabajo con el
reconocido riesgo para sus vidas, en el caso de que se
detectara un incendio y las numerosas deficiencias que
impidan un desalojo con las mínimas garantías de seguridad.
No se entiende que hasta ahora, los organismos responsables
de los Riesgos Laborales no hayan tomado cartas en el
asunto, ni se hayan preocupado lo más mínimo de supervisar
un edificio que se proyectó y fue construido para albergar
un centro comercial y se ha transformado en un centro de
trabajo que acoge a distintos organismos oficiales y
autonómicos en sus tres plantas, y donde concurre numeroso
público a diario para realizar todo tipo de gestiones de
índole administrativo. La Administración que ha de dar
ejemplo a los ciudadanos de respetar la legalidad vigente,
resulta que es la primera que la incumple, por acción u
omisión, a sabiendas o por desconocimiento de los puntos
“negros” de este edificio, pero que una vez conocidos, no
puede mirar para otro lado. Una ironía del destino.
Creemos que no estarán dispuestos a incurrir en una presunta
prevaricación, o en algo más grave, de mantener abierto al
público un edificio con numerosas irregularidades en cuanto
a seguridad. Una catástrofe pondría en situación de grave
responsabilidad a quienes no velen por la seguridad de las
personas. El informe que publicamos es una alarma social
indiscutible.
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OPINIÓN / EDITORIAL
