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OPINIÓN - DOMINGO, 2 DE MARZO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

Habló el delegado del Gobierno
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, ha dicho: “En España se protegen las fronteras para que en el norte estén cómodos”. Es la respuesta que le ha dedicado a las declaraciones hechas por Cecilia Malmströn, comisaria europea de Interior, contra la forma de proceder que se tuvo con los inmigrantes que querían llegar nadando a suelo español.

El delegado del Gobierno, que yo sepa, había mantenido hasta ahora un silencio sepulcral en relación con una tragedia en la que perdieron la vida muchas personas. Drama ocurrido un 6 de febrero y que forma ya parte de la historia negra de esta ciudad. De una ciudad que seguirá viéndose asediada por innumerables africanos que buscan desesperadamente hallar cobijo en un mundo que ellos consideran que es mejor. Y, desde luego, así debe ser cuando son capaces de arriesgar la vida en el empeño.

El delegado del Gobierno, pasado los momentos peores que se han vivido por la repercusión que ha tenido y está teniendo el terrible desenlace, creo que empieza a dar señales de vida. Si bien antes de contestarle a la sueca de marras ya había defendido la permanencia en su puesto del teniente coronel de la Guardia Civil. Como no podía ser de otra manera.

A partir de ahora, es decir, cuando las desgraciadas aguas de las peores noticias se vayan calmando, y principien a implantarse las soluciones fronterizas necesarias en forma de medios y estructuras –que es lo verdaderamente primordial-, también le convendría al delegado del Gobierno pensar detenidamente en cómo el principal dirigente de la coalición Caballas se ha comportado en un asunto en que el nombre de Ceuta llegaba hasta los últimos confines de la Tierra.

El principal dirigente de la coalición Caballas, Juan Luis Aróstegui, por más que esté en su perfecto derecho de haber opinado y de continuar haciéndolo, de cuanto él crea que aconteció el 6 de febrero, funesto día para los ceutíes, no es menos cierto que en el programa ‘Al rojo vivo’, de la Cuatro Televisión, quizá superado por unos minutos de gloria, evidenció la animadversión que siente por Ceuta.

Odio cerval que pudo exhibir aún más si le hubieran concedido la oportunidad de seguir largando contra todo lo habido y por haber de un lugar donde no creo que le haya ido mal en ningún aspecto. Sus actuaciones, por más que a veces sean ajustadas a derecho, rebozan resentimiento, tirria manifiesta, aborrecimiento hacia todo lo que se mueve a su alrededor. A no ser que alrededor suya haya alguien con quien antes haya pactado lo indecible para bien de ambos.

Es ya un secreto a voces que su amistad (de íntima la califican ellos; ellos son, como ustedes ya saben, y si no yo se lo digo, nuestro alcalde y el principal dirigente de Caballas) con Juan Vivas ha llegado al extremo de que la andan anteponiendo incluso a cuestiones políticas que en nada benefician al partido gobernante.

Tal es así que en la calle corre el rumor insistente de que en el Ayuntamiento se hace lo que quiere el alcalde, sin duda alguna; pero siempre y cuando su deseo vaya precedido por el sí de su amigo del alma: Aróstegui.

Por consiguiente, y aunque parezca que la cosa carece de importancia, ¿acaso no sería conveniente que el delegado del Gobierno, así como quien no quiere la cosa, cuando comience a respirar nuevamente, trate de ahondar en un asunto que huele a…?
 

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