El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez
ha sido irónico con la comisaria europea de Interior,
Cecilia Malmström a la que dijo. “Espero que aprenda
geografía, en primer lugar, porque yo creo que desde Suecia,
Noruega, Finlandia, se pueden hacer declaraciones que pueden
estar descontextualizadas por desconocimiento manifiesto de
lo que está hablando y del sitio del que está hablando”.
En este ámbito de reconvenir las manifestaciones de la
política sueca ha manifestado. “Lo que hago desde aquí no es
explicarle a Malmström porque no hay que explicarle nada. A
Malmström lo que hay que exigirle es que venga a Ceuta y
Melilla, que lo vea todo con sus propios ojos y después,
cuando haga algún tipo de manifestación, las realice con
responsabilidad. No olvidemos –dijo González Pérez-, que
alguna manifestación que no esté dentro del contexto de la
responsabilidad puede traer consecuencias, no msolamente de
aquéllas personas que actúan dentro de la responsabilidad de
las fronteras europeas, sino la imagen de un país que lo
único que hace es contribuir, precisamente, a que los del
norte estén cómodos mientras nosotros, aquí hacemos el
trabajo de la protección de las fronteras europeas”.
Cecilia Malmström es una comisaria experta en ganarse
enemigos. La sueca no ha conseguido hacerse grandes amigos a
su paso por el Ejecutivo comunitario como encargada de la
política de Interior. Su carácter franco y abierto
–”entrometiada” dirían algunos– le han generado no pocos
problemas.
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