El PSOE llevó ayer al pleno de la Asamblea una moción de
urgencia mediante la cual solicitaba a la Ciudad que
interceda por los monitores de piscina para que se elabore
un convenio colectivo que los ampare. Sin embargo, la única
respuesta que recibió del Gobierno es que no intervendrá a
no ser que haya un conflicto entre la empresa adjudicataria
de la gestión de las piscinas, Arasti Barca, y empleados que
merme la calidad del servicio. El portavoz socialista
recriminó al Ejecutivo que haya intercedido en otros casos y
no lo haga “cuando no se habla de cientos de trabajadores”.
Carracao le trasladó al consejero del área, Premi
Mirchandani, las quejas de los empleados como que no se les
reconoce la antigüedad o que se les paga de forma diferente
por el mismo trabajo. Ante esto, el consejero señaló que
tiene contacto directo con los empleados, pero que no
intervendrá. Un argumento que más tarde hizo suyo el propio
presidente Juan Vivas, que dijo que si no hay conflicto, la
Ciudad se mantendrá al margen, y que cuando ha intervenido
en otras ocasiones para mediar entre empresas adjudicatarias
de un servicio competencia de la ciudad y sus trabajadores
ha sido porque se había producido dicho conflicto. Los
argumentos de la Ciudad son para Carracao un estimulo para
provocar el conflicto y así lo dejó claro en el pleno, donde
no pudo recabar el apoyo para su propuesta.
Tras conocer el debate surgido en el pleno, la portavoz de
los monitores de las piscinas del Guillermo Molina y el Díaz
Flor salió a la palestra para aclarar que sí están habiendo
problemas y que se ven perjudicados por la falta de un
convenio colectivo a nivel autonómico. Elena Mateo,
representante de este grupo de 23 trabajadores, comentaba
como en su nómina no se les reconoce la antigüedad y que,
por tanto, no tienen derecho a trienios. Esta monitora, que
pertenece al grupo más antiguo que comenzó a trabajar en
2001, comentaba también como el año pasado perdió 500 euros
de sueldo después de ser operada. Situaciones como está, han
provocado que estos trabajadores se encuentren desamparados
y hayan pedido la intervención del Gobierno.
Jornadas de 10 horas
De la Ciudad han encontrado promesas, según cuenta Mateo,
pero no se han llevado a cabo. Ahora se encuentran con que
compañeros que han entrado a trabajar recientemente cobran
hasta 500 euros menos a pesar de tener la misma jornada. Las
horas también son un problema sin resolver. La portavoz de
los monitores cuenta que a la semana trabajan 40 horas y que
se pidió una reducción a 38, ya que en la administración se
han quedado en 37,5, pero esta modificación nunca se ha
llevado a cabo.
Mateo manifiesta que en las reuniones que han tenido con
representantes de la Ciudad y del ICD nunca les han llegado
a decir directamente que no intervendrán por los
trabajadores. Mientras, sobre el contacto directo que
Mirchandani aseguró que existe con los trabajadores, Mateo
afirma que sólo hubo una reunión.
Retraso en los pagos
Entre otros problemas, Mateo señala que no siempre cobran en
los días estipulados y que la paga extraordinaria de
diciembre la recibieron el 2 de enero, cuando se tenía que
haber otorgado antes de Navidad. Tras conocer la posición
del Gobierno local, la portavoz de los monitores se muestra
indignada y reitera que los problemas existen, aunque el
Ejecutivo ceutí lo negara ayer. Además, Mateo asegura que
desde Presidencia tienen constancia de todo lo que ocurre
con los monitores de piscina y Arasti Barca, ya que los
mantienen informados.
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