El Gobierno de la Asamblea lleva hoy a pleno la aprobación
de una operación de crédito, la primera de cuatro que tiene
prevista, por valor de 6.511.751 euros para hacer frente al
resto de la deuda que mantiene por las obras de construcción
del Campus Universitario.
Según la información que maneja este diario, el montante es
de 26.500.000 euros, cantidad en la que el Gobierno de Vivas
ha venido trabajando para buscar financiación. En este
sentido, el presidente, en rueda de prensa, manifestó que
los técnicos habían detectado que la financiación que se
obtenía para la cantidad era muy costosa y es por lo que se
decidió buscar otra fórmula para hacer frente a este pago.
Pero quizá el problema no fuese ese, ya que según la
información conocida para este diario, el montante de lo
adeudado se habría situado ya en 29 millones de euros,
sumando los intereses de demora aplicados por la Unión
Temporal de Empresas ante los impagos realizados por la
Ciudad ante la presentación de las certificaciones de
conclusión de obras, lo que provocaría que el Ejecutivo
local rebasara el techo de endeudamiento establecido por el
Gobierno de Rajoy en la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
El Gobierno ceutí para acometer esta gran obra se acogió al
método alemán, que entre otras cuestiones permitía trabajar
con la teoría de que este gasto no computara ni como carga
ni como deuda en los Presupuestos, lo que venía de maravilla
a las cuentas del Gobierno de Vivas. Posteriormente, tanto
el Tribunal de Cuentas como el Ministerio de Hacienda
pusieron en marcha unas directivas por las que se obligaba a
las administraciones con operaciones de este tipo a
contabilizarlas tanto en cargas como en deudas y es ahí
donde empiezan los problemas. La panacea se había acabado y
había que buscar soluciones. Tanto es así, que el método
alemán ya no está en uso. En la época de Rodríguez Zapatero
el mismo fue muy utilizado por las administraciones, que lo
respaldaban con los fondos europeos que recibían anualmente.
Su uso estaba muy limitado a la financiación de las obras de
grandes envergaduras y, por tanto, necesitado de importantes
financiaciones.
Pero centrándonos en la solución puesta en marcha ahora, lo
primero que se puede decir que esta primera operación de
financiación de 6.511.751 euros conlleva una montante de
gastos de un millón de euros aproximadamente. La Ciudad
abonará este préstamo bajo la siguiente fórmula; dos años de
carencia y seis de pagos, por lo que lo que realmente se
pretende aprobar es una operación a ocho años. Si se
suscribe en el 2014, estos primeros seis millones y medio se
terminarán de pagar en 2.022 a un interés de 3,75 por
ciento. Ello hace que la deuda que aparezca en los
Presupuestos sea por esa cantidad y no por el montante real.
Si este año se abona seis millones y medio, el montante
restante de pago a la UTE será de veinte millones de euros,
cantidad que debería contabilizarse como deuda.
Pero quizá lo más significativo es que lo que está asegurado
es la operación que ahora se presenta, las tres restantes
están pendientes de formalizar y el Gobierno ceutí apeló a
que el camino que se avecina en la economía de la mano del
Partido Popular permitirá la suscripción de las operaciones
en mejores condiciones que hasta ahora. Sea como fuere, lo
que es obvio es que la última operación se suscribirá en
2017 y se terminará su pago en 2025 y se desconoce en qué
condiciones se formalizará la operación, idéntica
circunstancia que se producirá en los años 2015 y 2016.
Este hecho pone a las claras que la tesorería de la Asamblea
tiene problemas claro de morosidad a tenor de las
operaciones a las que se ve abocado a suscribir, ya que lo
único que se hace es dilatar en el tiempo las deudas,
prolongando los tiempos a la hora de los pagos, lo que pone
de manifiesto una total falta de liquidez. Si la Asamblea de
Ceuta no tuviese problemas de liquidez es claro que no
prolongaría los plazos para hacer frente a los pagos
pendientes, ya que como se obvio eso lo único que provoca es
que la institución se vea obligada a tener que abonar unas
cantidades bastante mayores en concepto de intereses en
cualquier tipo de operación financiera, aumentando, por lo
tanto, su nivel de endeudamiento. Por citar un ejemplo
sencillo, es obvio que no es lo mismo abonar un préstamo
hipotecario en quince años que hacerlo en treinta. Primero,
los intereses a pagar por la operación son mayores cuanto
mayor es el plazo de devolución y segundo, la persona tiene
mermada una parte de su capacidad de endeudamiento
precisamente por el prolongando plazo en el que ha suscrito
la operación.
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