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OPINIÓN - DOMINGO, 23 DE FEBRERO DE 2014

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 17.

El exilio es una lacra y un crimen de nuestro tiempo, fruto fundamentalmente de las dictaduras y las guerras modernas. Así se expresaba José María Mohedano Fuentes, presidente de la Asociación Pro Derecho Humanos en su sección española, en 1983. Lo dicho entonces es, sin duda alguna, válido en estos momentos en los que las muertes de inmigrantes han vuelto a remover conciencias. Pero habría que recordar que el destierro viene de lejos: Ya existía entre los griegos, donde era considerado como uno de los peores castigos que se le podía infligir a un ciudadano. Según la leyenda, un rey de Mecenas quiso saber cuál era la mayor felicidad del hombre; para ello, consultó al sabio Isleño, que vivía en una montaña, cerca del Olimpo. Sileno le respondió: “Lo mejor es no nacer; pero en el caso de nacer, lo mejor es no ser exiliado”. A pesar de que el destierro y el exilio se conocen desde la más remota antigüedad, es sólo después de la Segunda Guerra Mundial cuando se adoptan algunos criterios generales, a nivel internacional, para proteger al refugiado político. Casi todos los inmigrantes llegados a España destruyen su documentación para que se les considere exiliados… En España, antes de la Constitución de 1978, había una ausencia de normativa en el plano de Las Leyes Fundamentales y, hasta entonces, no se había sucrito los convenios internacionales. El exiliado en España lo ha tenido siempre crudo. Y ahora, con la crisis económica, para qué contarles.

Martes. 18

Nunca he negado mi aprecio por Mabel Deu: consejera de Cultura, Educación y Mujer. Ella sabe que la estimo y, por tanto, siempre ha sabido encajar mis críticas sin decir ni pío y, por supuesto, jamás le dio por retirarme ni la palabra ni el saludo. Prueba evidente de que es política que sabe aceptar cualquier situación incondicionalmente, con lo que de bueno o de malo pueda acarrear. La actitud de MD debería ser adoptada por otras consejeras. A Yolanda Bel, por ejemplo, le sentaría de maravilla en todos los aspectos. MD y yo nos hallamos en plena calle e, inmediatamente, nos ponemos a pegar la hebra. Hablar que yo he aprovechado para recordarle que hay posiciones políticas incomprensibles a todas luces. La consejera me escucha atentamente. Pero se abstiene de decirme lo que yo deseo que me diga. Y la entiendo. Claro que la entiendo…

Miércoles. 19

Me entero de la muerte de Antonio Benítez: nacido en Jerez de la Frontera y figura de nuestro fútbol como jugador del Real Betis Balompié. En los sesenta del siglo pasado, cuando yo comenzaba a ejercer de entrenador, recuerdo que un amigo me recomendó que fuera a ver al Xerez Balompié. Y allá que me presenté en el campo de la barriada de la Plata. Cuando apenas se habían jugado veinte minutos del partido del equipo local contra el Ubrique, creo recordar, mi amigo me preguntó si me había gustado algún futbolista. Inmediatamente, di dos nombres: Antonio Benítez y Manolo Benítez. Pese a los apellidos, ningún parentesco les unía. Lo que les hacía iguales era que ambos jugaban al fútbol como los ángeles. El primero hizo una brillante carrera como bético. El segundo se quedó a mitad de camino. Si bien es cierto que yo tuve la suerte de tenerlo como jugador. Carácter complicado, sin duda alguna, pero de excelente rendimiento como futbolista. Antonio Benítez se fue a los 62 años. Descanse en paz.

Jueves. 20

Me preguntan si mi amistad con Francisco Antonio González es suficiente como para que yo lo esté tratando más que bien en estos días en los que está siendo sometido a una presión enorme por los hechos sucedidos el seis de febrero. Y mi respuesta no se hace esperar: yo no he sido nunca amigo de Pacoantonio. Entre nosotros nunca se dieron las circunstancias apropiadas ni para mantener siquiera unas relaciones fluidas. Incluso hubo épocas en las que el saludo entre nosotros parecía ser un artículo de lujo. Dicho ello, tampoco tengo el menor inconveniente en reconocer que cuanto escribo sobre él es porque lo creo conveniente. De no ser así, me costaría un mundo hacerlo. Mejor dicho: que no lo haría. ‘¡Aunque me lo mandase el sursuncorda!’

Viernes. 21

Por pitos o flautas he venido demorando decir lo mucho que me alegro de que Juan Antonio García Ponferrada haya sido nombrado director gerente del ICD. Pero nunca es tarde… Cargo que le viene a la medida de sus muchos conocimientos acerca de cuanto se cuece en ese organismo. Yo conocí a JGP hace la friolera de tres décadas. Cuando García Ponferrada y Fernando Jover hacían buenas migas. Juan Antonio fue siempre un tipo educado y conversar con él resulta tan fácil como agradable. Nacido en Lucena, amante de los caballos y de lucir sus dotes de caballista en El Rocío, García Ponferrada nunca negó que, habiendo sido educado en una escuela del Movimiento, se sentía condicionado por sus ideas. Que siguen siendo las mismas. Aunque con la evolución consiguiente. Como debe ser. En fin, amigo: que considero un acierto tu nombramiento.

Sábado. 22

Fueron tantas las colas que hube de guardar en los años del miedo, donde había que hacer cola para casi todo, que mi aversión a esperar turno es evidente. También detesto las bullas. De hecho, nunca me he sentido a gusto donde hay mucha gente. Motivo más que suficiente para que sea poco dado a formar parte de manifestaciones. No obstante, ayer tenía previsto sumarme a las personas que iban a levantar la voz en la plaza de los Reyes para defender los puestos de trabajo en la sanidad pública ceutí. Pero, debido a un imprevisto de última hora, me fue imposible ser uno más en la protesta. Hoy, sin embargo, lo primero que he hecho es interesarme por conocer si fueron muchas o pocas las personas que acudieron a decir que ya está bien de que se sigan produciendo bajas de personal y medios en algo tan vital como es la Sanidad. Y, desgraciadamente, me he llevado una decepción. Volverle la cara a esta necesidad, supone, sin duda alguna, atentar contra nuestra vida.
 

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