LUNES 17.
El exilio es una lacra y un crimen de nuestro tiempo, fruto
fundamentalmente de las dictaduras y las guerras modernas.
Así se expresaba José María Mohedano Fuentes,
presidente de la Asociación Pro Derecho Humanos en su
sección española, en 1983. Lo dicho entonces es, sin duda
alguna, válido en estos momentos en los que las muertes de
inmigrantes han vuelto a remover conciencias. Pero habría
que recordar que el destierro viene de lejos: Ya existía
entre los griegos, donde era considerado como uno de los
peores castigos que se le podía infligir a un ciudadano.
Según la leyenda, un rey de Mecenas quiso saber cuál era la
mayor felicidad del hombre; para ello, consultó al sabio
Isleño, que vivía en una montaña, cerca del Olimpo. Sileno
le respondió: “Lo mejor es no nacer; pero en el caso de
nacer, lo mejor es no ser exiliado”. A pesar de que el
destierro y el exilio se conocen desde la más remota
antigüedad, es sólo después de la Segunda Guerra Mundial
cuando se adoptan algunos criterios generales, a nivel
internacional, para proteger al refugiado político. Casi
todos los inmigrantes llegados a España destruyen su
documentación para que se les considere exiliados… En
España, antes de la Constitución de 1978, había una ausencia
de normativa en el plano de Las Leyes Fundamentales y, hasta
entonces, no se había sucrito los convenios internacionales.
El exiliado en España lo ha tenido siempre crudo. Y ahora,
con la crisis económica, para qué contarles.
Martes. 18
Nunca he negado mi aprecio por Mabel Deu: consejera
de Cultura, Educación y Mujer. Ella sabe que la estimo y,
por tanto, siempre ha sabido encajar mis críticas sin decir
ni pío y, por supuesto, jamás le dio por retirarme ni la
palabra ni el saludo. Prueba evidente de que es política que
sabe aceptar cualquier situación incondicionalmente, con lo
que de bueno o de malo pueda acarrear. La actitud de MD
debería ser adoptada por otras consejeras. A Yolanda Bel,
por ejemplo, le sentaría de maravilla en todos los aspectos.
MD y yo nos hallamos en plena calle e, inmediatamente, nos
ponemos a pegar la hebra. Hablar que yo he aprovechado para
recordarle que hay posiciones políticas incomprensibles a
todas luces. La consejera me escucha atentamente. Pero se
abstiene de decirme lo que yo deseo que me diga. Y la
entiendo. Claro que la entiendo…
Miércoles. 19
Me entero de la muerte de Antonio Benítez: nacido en
Jerez de la Frontera y figura de nuestro fútbol como jugador
del Real Betis Balompié. En los sesenta del siglo pasado,
cuando yo comenzaba a ejercer de entrenador, recuerdo que un
amigo me recomendó que fuera a ver al Xerez Balompié. Y allá
que me presenté en el campo de la barriada de la Plata.
Cuando apenas se habían jugado veinte minutos del partido
del equipo local contra el Ubrique, creo recordar, mi amigo
me preguntó si me había gustado algún futbolista.
Inmediatamente, di dos nombres: Antonio Benítez y
Manolo Benítez. Pese a los apellidos, ningún parentesco
les unía. Lo que les hacía iguales era que ambos jugaban al
fútbol como los ángeles. El primero hizo una brillante
carrera como bético. El segundo se quedó a mitad de camino.
Si bien es cierto que yo tuve la suerte de tenerlo como
jugador. Carácter complicado, sin duda alguna, pero de
excelente rendimiento como futbolista. Antonio Benítez se
fue a los 62 años. Descanse en paz.
Jueves. 20
Me preguntan si mi amistad con Francisco Antonio González
es suficiente como para que yo lo esté tratando más que bien
en estos días en los que está siendo sometido a una presión
enorme por los hechos sucedidos el seis de febrero. Y mi
respuesta no se hace esperar: yo no he sido nunca amigo de
Pacoantonio. Entre nosotros nunca se dieron las
circunstancias apropiadas ni para mantener siquiera unas
relaciones fluidas. Incluso hubo épocas en las que el saludo
entre nosotros parecía ser un artículo de lujo. Dicho ello,
tampoco tengo el menor inconveniente en reconocer que cuanto
escribo sobre él es porque lo creo conveniente. De no ser
así, me costaría un mundo hacerlo. Mejor dicho: que no lo
haría. ‘¡Aunque me lo mandase el sursuncorda!’
Viernes. 21
Por pitos o flautas he venido demorando decir lo mucho que
me alegro de que Juan Antonio García Ponferrada haya
sido nombrado director gerente del ICD. Pero nunca es tarde…
Cargo que le viene a la medida de sus muchos conocimientos
acerca de cuanto se cuece en ese organismo. Yo conocí a JGP
hace la friolera de tres décadas. Cuando García Ponferrada y
Fernando Jover hacían buenas migas. Juan Antonio fue
siempre un tipo educado y conversar con él resulta tan fácil
como agradable. Nacido en Lucena, amante de los caballos y
de lucir sus dotes de caballista en El Rocío, García
Ponferrada nunca negó que, habiendo sido educado en una
escuela del Movimiento, se sentía condicionado por sus
ideas. Que siguen siendo las mismas. Aunque con la evolución
consiguiente. Como debe ser. En fin, amigo: que considero un
acierto tu nombramiento.
Sábado. 22
Fueron tantas las colas que hube de guardar en los años del
miedo, donde había que hacer cola para casi todo, que mi
aversión a esperar turno es evidente. También detesto las
bullas. De hecho, nunca me he sentido a gusto donde hay
mucha gente. Motivo más que suficiente para que sea poco
dado a formar parte de manifestaciones. No obstante, ayer
tenía previsto sumarme a las personas que iban a levantar la
voz en la plaza de los Reyes para defender los puestos de
trabajo en la sanidad pública ceutí. Pero, debido a un
imprevisto de última hora, me fue imposible ser uno más en
la protesta. Hoy, sin embargo, lo primero que he hecho es
interesarme por conocer si fueron muchas o pocas las
personas que acudieron a decir que ya está bien de que se
sigan produciendo bajas de personal y medios en algo tan
vital como es la Sanidad. Y, desgraciadamente, me he llevado
una decepción. Volverle la cara a esta necesidad, supone,
sin duda alguna, atentar contra nuestra vida.
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