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OPINIÓN - DOMINGO, 23 DE FEBRERO DE 2014

 

OPINIÓN / DESDE LA OTRA ORILLA

In memoriam del poeta y amigo Domingo F. Failde
 


José Salguero Duarte
opinion@elpueblodeceuta.com

 

El pasado 11 de febrero, en Jerez de la Frontera (Cádiz), fallecía a los 66 años de edad victima de una grave enfermedad, mi buen amigo el intelectual e insigne poeta, Domingo F. Failde. Con el que compartí poemas a la luz de la luna y de las estrellas a orillas de la Bahía de Algeciras o, en las noches de verano en los patios de sus dos últimas moradas residenciales en Algeciras, tanto en el Barrio de San Isidro, como en la Fuente Nueva frente a la iglesia de los Salesianos. Y en otros lugares más dependiendo hora, estación y época (Casino de Algeciras, Cafetería Cabsy’s, Las Duelas…).

También compartimos reuniones y tertulias literarias junto a otros elegidos poetas. Como fue la de hace aproximadamente una década, la que titulamos ‘Poetas del Estrecho’, que estaba configurada por él, Dolors Alberola, Juan Emilio Ríos Vera, Carmen Sánchez, José Luis Tobalina (q.e.p.d.), Paloma Fernández Gomá, servidor y varios adosados ocasionales... Encuentros que comenzamos a celebrar en la tetería ‘4 Gatos’ sita en la travesía de la calle Regino Martínez (Ancha) y, posteriormente en el salón superior de la céntrica cafetería Mercedes de la Plaza Alta.

La otra tertulia, no tan exclusiva para poetas como la anterior, fue la semanal republicana, que celebrábamos en la librería ‘El Libro Técnico’ de la calle Alfonso XI (Convento). Pero lamentablemente pronto dejó de originar interés tanto para Domingo, Dolors y para mí, porque el espíritu de la misma se fue al garete, en los segundos compases de su puesta en marcha, al masificarse y ser contaminada. Motivando dichas adversas circunstancias y otras más contra el espíritu de su creación, que pronto nos difumináramos escalonadamente cada cual por su sitio: los sonajeros y panderetas del poder a la sombra del mismo y, los libres pensadores, como ellos dos y servidor, a nuestro aire.

Aunque, de esos encuentros literarios y de otros anteriores y posteriores… lógicamente me quedé con lo positivo de los mismos. Siendo uno de ellos, el convencimiento definitivo de que, caminando en solitario por los mundos culturales, artísticos, literarios o periodísticos… me proporcionan satisfacciones no al alcance de la mediocridad humana; a pesar de las trabas, sabotajes y censuras de todo tipo recibidas por parte de los miserables tentáculos políticos y sus sabandijas. Por ello, hoy estoy totalmente alejado de los cociditos que se condimentan, no por el bien de la Cultura, sino por otros intereses mezquinos y ególatras de los figurinistas…

Lo último anterior viene a colación, porque Domingo estaba totalmente en contra de esos ciertos elementos, a los que nada más calarlos, no les daba cancha alguna. Porque la Literatura y Cultura estaban para él por encima de cualquier otro interés. Siendo uno de los primeros en afrontar muy a su forma dicha deformaciones o prostituciones. Por lo que, educadamente sin hacer ruido, ignoraba al más pintado de esas discordantes cucamonas farsantes.

Domingo nació en Linares (Jaén), fue Licenciado de Filosofía y Letras, habiendo ejercido como docente, entre otros centros, en el colegio privado de Los Pinos de Algeciras. Persona que caló hondo en mí, igual que otros de igual o parecido tranco personal y literario, como lo fueron en su día, Juan Gómez Macías y Juan José Téllez. Ya que, cuando regresé a esta mí querida tierra del Campo de Gibraltar, después de más de tres décadas ausente, fueron cada uno de ellos en diferentes parcelas buenos referentes para mí.

En estos días, recuerdo asuntos que viví intensamente con Domingo, como fue su ruptura matrimonial con su primera esposa. Encontrándome, en aquellos complicados momentos, entre dos aguas capeando el temporal como pude... Acordándome de otro hecho más agradable, como fue el almuerzo que realizamos en los talleres del artista ceramista José Luis Villar (q.e.p.d.). Asistiendo, entre otros, el propietario del ‘El Libro Técnico’, así como el decano de los periodistas del Campo de Gibraltar, Paco Prieto ‘Pacopi’. Siendo aquel encuentro sonado para nosotros, porque terminamos entonando el ‘Asturias patria querida’ y otros cánticos. Conservando un reportaje fotográfico que hice con mucha guasa y arte, porque José Luis Villar nos contagió con su gracia, don y saber estar.

Domingo fue un escritor y poeta con una textura expresiva para paladares exquisitos. Habiendo dejado como herencia para generaciones venideras sus numerosas obras impresas y en formato digital. Las que si son visitadas, es el mejor reconocimiento que le podemos hacer al gran poeta andaluz y amigo. Que es lo que he hecho con los libros… que me dedicó. Estando vivo en mí y en mis obras, al ser mucho más lo que nos unió, que lo que nos separó cuando se fue a Jerez. Hasta el punto, que fue el autor del prólogo ‘Genio y figura’ de mi poemario ‘Cuando respira el mar’…
 

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