La reivindicación en defensa de
los puestos de trabajo en la sanidad pública ceutí se llevó
ayer a la calle con la concentración celebrada en la Plaza
de los Reyes ante la Delegación del Gobierno. Pancartas de
distinto signo e idéntico objetivo, plasmaron cuál es el
estado de ánimo del personal afectado: no más destrucción de
empleo, cumplimiento de las promesas de movilidad entre
Ceuta, Melilla y el Centro de Dosimetría de Valencia así
como que se cumpla la plantilla orgánica y evitar los
perjuicios originados por las promociones internas que ha
dejado a más de uno en la calle y sin trabajo.
El principio de que una Sanidad en precario nos perjudica a
todos, es aun axioma tan real como a tener muy en cuenta, ya
que las deficiencias en los servicios públicos han de
repercutir en el deterioro de la prestación de los mismos,
lo que conlleva, inexcusablemente en este área sanitaria, a
un componente añadido: que con la salud no se juega. La
perversa dinámica de la obsesiva austeridad no nos puede
llevar al abismo de una Sanidad tercermundista, falta de
personal y un hospital de última tecnología en el que no sea
factible desarrollar las potencialidades del mismo por
carecer de recursos. No podemos entrar en contrasentido, en
el dislate de disponer de medios pero no de personal.
La situación ha de revertir en dotar del personal suficiente
y necesario a una tecnología que se catalogó como de última
generación. La importantísima inversión en millones de euros
para dotar a nuestro hospital no puede contar ahora con la
rémora de reducción de plantilla o insuficiente personal. El
hospital de Ceuta se construyó como una dotación esencial
para la zona que da cobertura y no para desmantelarlo.
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